Un viaje a Lisboa está incompleto si no has tenido la ocasión de degustar los pasteles de Belém.
Si no te gusta especialmente el dulce, debes saber que se trata del más característico y famoso de la gastronomía de Portugal, y si te gusta el dulce, tienes una cita imprescindible con los pasteles de Belém.
Este delicioso dulce conocido en Portugal como pastéis de Belém, o pasteles de nata, en realidad es un dulce elaborado con una crema pastelera a base de yema de huevo, leche y azúcar, que descansa sobre un hojaldre, el cual se espolvorea con azúcar glas y canela.
Puedes comprar pasteles de Belem en cualquiera de las numerosas pastelerías que encuentras en Lisboa y alrededores, o puedes degustarlos en cualquier cafetería, como desayuno o merienda, o en cualquier restaurante, como postre.
Pero si en tu viaje a Lisboa tienes tiempo de acercarte a visitar alguno de los monumentos de Belem, barrio costero de la capital, tienes una cita obligada para degustar los pasteles de Belem en la histórica fábrica y pastelería donde se producen desde 1837, la cual guarda celosamente la receta original.
Has de saber que este delicioso dulce ya era elaborado por las monjas que residían en el Monasterio de los Jerónimos de Belém durante el siglo XVIII.
Tras la Revolución Liberal de 1820, en Portugal se cerraron los conventos, lo cual ocurrió en 1834 en el caso de los Jerónimos.
A partir de entonces, en la pequeña tienda de comestibles de la antigua refinería de caña de azúcar que hay junto al monasterio se empezaron a vender los pasteles de Belém.
Por entonces ya había bastantes visitantes que acudían a Belém a ver sus monumentos, el monasterio y la Torre, y los pasteles, poco a poco, se fueron convirtiendo en un monumento gastronómico. Al menos eso me parece a mí.
Ahora cuando llegas a Belem, junto al monasterio, en el bajo de una típica casa con fachada de azulejos azules encuentras la pequeña tienda que está siempre muy concurrida de turistas comprando pasteles de Belém.
Pero lo recomendable es que entres al interior del establecimiento, donde descubrirás sucesivas y grandes salas con mesas donde los turistas nos sentamos a degustar los pasteles.
Aquí probarás la receta original, la cual sirve de guía para preparar de forma artesanal los ingredientes de los pasteles de Belem en el llamado Taller de los Secretos.
Si bien los pasteles de Belem se pueden tomar fríos, desde mi punto de vista es cuando aún están calientes como mejor se degusta su sabor. Y así es como lo sirven en la siempre abarrotada antigua fábrica de los pasteles de Belém.
No te sorprenda que tengas que esperar a encontrar mesa libre para sentarte. Pero una vez ya sentado, serás bien atendido por su expertos camareros.
Los precios de los pasteles de Belém no son nada caros, en torno a un euro. Si los tomas en la fábrica de Belém, un pastel te costará 0,95 euros, una botella de agua mineral, 1 euro, y un café cappuccino, 2,10 euros.
¿Cuántos pasteles de Belém te tomarás? Yo, la última vez, tres.
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Muy buena información, nos la apuntamos para cuando volvamos a Lisboa.
Las «natas» están deliciosas asi que seguro que disfrutamos con la receta original.
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