Todos tenemos en mente el concierto de Aranjuez y su motín, sabemos que los Reyes Católicos eligieron este paraje, entre los ríos Tajo y Jarama, como lugar de Real descanso en primavera, que su entorno ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad o que algunos de los mejores vinos de la Comunidad de Madrid se crían en dos bodegas del municipio.
Pero lo que sorprende al llegar a Aranjuez es que, aunque sea un Real Sitio, propio de alturas aristocráticas, el pulso de lo popular es evidente en sus calles, plazas y mercados, en los bancos y paseos arbolados.
Aranjuez se muestra bien viva en su comercio, en la inmigración que recibe, en los jóvenes universitarios que se dejan ver y en la promoción cultural, tanto en el Auditorio Joaquín Rodrigo como en el Centro Cultural Isabel de Farnesio.
Nada mejor que un paseo por cinco de sus lugares históricos menos conocidos para comprobarlo.
Toda la información al detalle
1.- Cocheras de la Reina Madre Isabel de Farnesio
El edificio, construido por Fernando VI en 1758 para caballerizas de su madrastra Isabel de Farnesio, conserva la fachada aristocrática, restaurada, simétrica y de una escala magnífica.
Pero en su interior encontramos la modernidad adecuada del centro cultural a tal entorno. Un gato de porcelana y rojo nos da la bienvenida desde la altura.
Llegamos a él caminando por el paseo de la calle del Capitán, arbolado, sombreado contra los calores rigurosos del verano, porque en Aranjuez, como dice su gente, siempre hace dos o tres grados más que en Madrid, y eso son muchos grados.
2.- Plaza de la Constitución en Aranjuez
En la plaza, una estatua de Alfonso XII recuerda los episodios de la epidemia de cólera que vivió España a principios del siglo XIX; por entonces, el monarca improvisó un hospital para tratar a los infectados.
Afortunadamente, el cólera quedó para la historia y una estatua para el recuerdo. Hoy en día, la plaza de la Constitución de Aranjuez alberga dos edificios clave en el día a día de la población: el Ayuntamiento y el Mercado.
Varios bares tienen sus sillas en la plaza a modo de terrazas; la gente sale a tomar el fresco y un rumor de conversaciones se eleva desde las mesas que se comparten.
Mientras, carros y cestos de compra se dirigen al Mercado de Abastos, edificio de finales del siglo XIX que hoy, en su interior, ofrece pescaderías, fruterías y pollerías, pero también el ritmo diario del municipio.
3.- Estación de tren de Aranjuez
La segunda línea férrea construida en la Península fue la que unió Madrid con Aranjuez, allá por el año 1851. Su objetivo principal no eran tanto los pasajeros, como los productos de la huerta que debían llegar a la capital, y fue conocido como el Tren de la Fresa.
Aún circula una recreación con sus vagones de madera y azafatas vestidas con trajes de la época, pero sólo es una añoranza para el disfrute de turistas y excursionistas que quieren pasar un día en Aranjuez.
Actualmente la estación no ve partir aquellos trenes históricos, pero si los concurridos trenes de cercanías o del AVE.
Y aunque no se trate de la estación original de la línea, que se encontraba en la plaza de Armas del Palacio Real, vale la pena detenerse por un momento para disfrutar del techo artesonado de madera de la estación y del trasiego de pasajeros que van y vienen.
4.- Palacio de Osuna en Aranjuez
Entre las calles de la Reina y del Príncipe, cerca del Palacio Real de Aranjuez, encontramos una sorpresa: el Palacio de Osuna, antigua residencia de Farinelli, uno de los castrati más famosos y apuesto.
Aquí se hospedó mientras era asesor de Felipe V y, por más que parezca extraño por su condición fisiológica, allí disfrutó del deseo de muchas mujeres de la alta sociedad pues como acertaban al comparar, digamos que, el entusiasmo sexual con otros amantes, el de estos últimos “expira demasiado rápido, mientras que Farinelli lo mantiene hasta el final”.
El edificio, sin duda, vivió mejores épocas, pero hoy, al menos, alberga el restaurante La Différence, donde, si es época, podrás disfrutar de las famosas fresas de Aranjuez.
5.- Cuartel de Pavía
Hay recintos que pasan a mejor vida o uso. Así le sucede al Cuartel de Pavía, antiguo lugar de armas de diferentes ejércitos. Actualmente vive días más útiles, albergando en su interior el Centro de Estudios Superiores Felipe II, centro de enseñanza adscrito a la Universidad Complutense de Madrid.
En su claustro ya no resuenan los ecos militares de antaño; hoy suenan mejor los rumores de los alumnos, cuya única batalla es durante los exámenes finales.
El centro insufla vitalidad al municipio. Ya se sabe que los estudiantes se reúnen en un buen bar o cafetería y que la cultura es como una mancha de aceite: cae la gota en el Cuartel de Pavía, pero se esparce y se diluye por todo el municipio.
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* Este post de José Alejandro Adamuz es su trabajo final del curso de verano La nueva comunicación viajera: blogs y turismo 2.0 en España, organizado por Travel Inspirers en colaboración con la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid, y celebrado en Aranjuez en julio de 2013.
me gostaria saber que estilo arquitectonico tiene el cuartel de Pavia. estoy escribiendo un libro que hablo de aranjuez desde mi ventana. y quiero colocar el estilo que tiene el edifício este. gracias