Qué ver y hacer en El Albaicín (Granada): de miradores a corrales

El Albaicín es, sin duda, el barrio más conocido y uno de los destinos fundamentales en cualquier viaje de turismo a Granada.

Situado en la colina gemela a la de la Alhambra, forma con este gran conjunto palaciego una unidad muy especial que la Unesco ha declarado como Patrimonio Mundial.

Un paseo por las callejuelas empinadas del Albaicín, deteniéndose aquí y allá para disfrutar de los rincones y de las panorámicas que van apareciendo a cada paso, es una experiencia única que nadie debería perderse en esta ciudad.

Cómo es el Barrio del Albaicín en Granada

Siempre se dice que el Albaicín tiene algo de laberinto, y en parte es verdad y sus calles mantienen el trazado de hace siglos.

Se trata del barrio más antiguo de Granada, originado en una época en que era más importante un emplazamiento fácilmente defendible que la comodidad de los terrenos llanos.

Por ello abundan las cuestas, lo que obliga a tomarse con calma cualquier recorrido.

Una opción para los que no deseen subir calles empinadas puede ser tomar un taxi o un autobús hasta la parte superior de la colina y recorrer el barrio en sentido descendente.

El carácter laberíntico del Albaicín incita a un paseo sin rumbo fijo, dejándose en cada momento guiar por las sensaciones o los impulsos al llegar a cada esquina.

Es una buena opción, pero hay que tener en cuenta que hay diferentes lugares que no se debería dejar de conocer, por lo que un recorrido con una cierta preparación también puede ser recomendable.

Cómo visitar y qué ver en el Albaicín

Sería una pena recorrer el Albaicín y no disfrutar de las vistas desde los miradores, como el de San Nicolás, simplemente por haber insistido en caminar sin rumbo.

Un buen argumento para visitar el Albaicín es seguir la pista de los monumentos nazaríes que se encuentran desperdigados por este barrio.

Tendemos a pensar que estos lugares se encuentran sólo en la Alhambra, cuando en realidad hay una gran herencia monumental nazarí en el Albaicín y otros barrios granadinos.

Dobla de Oro, visita de monumentos andalusíes en El Albaicín

Una recomendación sería seguir el itinerario conocido como la Dobla de Oro.

Se trata de un recorrido que nos permite unir cultural y, casi diría que mental y emocionalmente, el Albaicín con la Alhambra.

Y se hace al tiempo que se descubren algunos de los secretos de la ciudad.

Secretos que no son tales, ya que son lugares conocidos, pero a los que probablemente no prestaríamos la atención debida si no nos lo presentan claramente.

El itinerario toma su nombre de la dobla de oro, una moneda acuñada por los gobernantes nazaríes y que era muy apreciada, tanto por su valor, como por su belleza, y es una buena imagen para este proyecto.

La Dobla de Oro no se trata tanto de un itinerario marcado, sino de una sugerencia de búsqueda de lugares concretos. Nos dan las pistas y nosotros hacemos el camino a nuestro gusto.

Para seguirlo, lo mejor es comprar un pase que incluye la entrada a la Alhambra y a los monumentos que conforman la Dobla de Oro.

Luego, como vamos a atravesar barrios llenos de vida y belleza en donde la tentación del desvío es permanente, ya cada uno hace su camino.

Es por tanto un itinerario a recorrer con calma, buscando los lugares concretos, pero como decimos, dejándose tentar por todo lo que encontramos en el camino.

La Dobla de Oro es una iniciativa promovida por el Patronato de la Alhambra y Generalife que busca así completar las visitas clásicas con otros lugares muy interesantes pero un poco menos conocidos, y que además estrecha los lazos entre el conjunto monumental y el barrio  más antiguo.

La Dobla de Oro ofrece dos modalidades de entradas, general y nocturna, y permite a los visitantes ir un día a la Alhambra y, el día anterior o el siguiente, al resto de enclaves.

La entrada permite visitar seis monumentos andalusíes, cinco de ellos en el Albaicín y uno más, el Corral del Carbón, en el centro, además del conjunto monumental de La Alhambra.

Palacio de Dar al-Horra en El Albaicín

Si optamos por hacer una visita al Albaicín empezando por arriba para que el paseo sea cuesta abajo, uno de los primeros lugares a visitar es el Palacio de Dar al-Horra.

Se trata de un lugar realmente especial, probablemente el mejor ejemplo de la arquitectura palatina nazarí fuera de la Alhambra.

Se encuentra en el Callejón de las Monjas, en la zona donde estuvo el origen de la Granada musulmana.

Dar Al-Horra significa “Casa de la Honesta” y fue la última residencia de la sultana Aixa, madre de Boabdil, el último rey musulmán de Granada.

El edificio consta de un patio central con una alberca, en torno al cual se distribuyen las estancias y dos pórticos en los lados menores.

Como está en la parte alta del barrio, las vistas, en este caso sobre otra parte del propio Albaicín, son excepcionales.

En el interior abundan las inscripciones, que refuerzan la idea de los palacios como libros arquitectónicos.

El edificio y otros adyacentes se convirtieron en el monasterio de Santa Isabel la Real, como sigue en la actualidad.

Iglesia de San Miguel Bajo en El Albaicín

Si iniciamos el paseo cuesta abajo para recorrer el barrio, una de las primeras paradas puede ser la iglesia de San Miguel Bajo, dominando una plazoleta.

Se empezó a construir en 1501 sobre una mezquita, lo que se aprecia fácilmente en algunas partes, como una de las entradas.

Mirador de San Nicolás en El Albaicín en Granada

Muy cerca, otra de las paradas fundamentales debe ser el mirador de San Nicolás, desde donde se tienen unas vistas excelentes de la Alhambra.

Casa del Chapiz en El Albaicín

El siguiente lugar incluido en la Ruta de la Dobla de Oro puede ser la Casa del Chapiz, que se encuentra muy cerca del extremo superior del Paseo de los Tristes.

Se trata de un conjunto de dos viviendas de época morisca que pertenecieron a dos familias de granadinos convertidos al cristianismo.

En la actualidad es la sede de la Escuela de Estudios Árabes, dependiente del Consejo Superior de Investigación Científicas.

De su interior sólo se puede visitar el patio, pero el jardín exterior es una delicia, con un estanque y, sobre todo, unas vistas fabulosas de la Alhambra.

Casa morisca Horno de Oro en El Albaicín

Callejeando un poco, enseguida llegamos a la Casa Horno de Oro, un ejemplo interesante de casa morisca que integra elementos islámicos y castellanos.

Es en realidad una pequeña casa nazarí de una sola planta, a la que se le añadió en el siglo XVI un segundo piso.

Como en la mayor parte de casas musulmanas, todas sus habitaciones y ventanas están orientadas hacia el patio, elemento que centra la vida familiar e ilumina las estancias.

Hacia el exterior, el edificio no tuvo vanos en origen, manteniéndose cerrado preservando la intimidad familiar.

Es también un buen ejemplo de lugar que ha tenido muchos usos con el paso del tiempo.

Tras la expulsión de los moriscos, la casa fue corral de vecinos hasta el siglo XX, siendo entonces adquirida por el Estado y restaurada.

Casa nazarí de Zafra en El Albaicín

Si bajamos por el Paseo de los Tristes, cerca de donde cambia de nombre a Carrera del Darro, encontraremos la casa nazarí de Zafra, la cual toma su nombre del secretario de los Reyes Católicos que la recibió tras la conquista.

De este palacio destacan los elementos decorativos, en especial las yeserías, las carpinterías y los restos de pintura mural.

El Bañuelo en El Albaicín

A muy pocos metros la siguiente parada puede ser el Baño del Nogal, al que todo el mundo lo conoce como Bañuelo por ser de menor tamaño que los majestuosos baños de la Alhambra, pero aun así son realmente imponentes.

Desde la calle no puede uno imaginarse lo que hay dentro.

Tiene una antigüedad de casi mil años y ha sobrevivido en los bajos de un edificio privado. De estos baños se dice que son los más antiguos de España.

Su ubicación en la Carrera del Darro, una importante vía pública, y junto a una puerta, es algo característico de los baños andalusíes.

Ésta debía de ser una zona bastante poblada, e incluso tal vez en el flanco este del baño se adosaban una serie de tiendas que se abrían a la calle Bañuelo, lo que pone de manifiesto la importancia urbana de ese entorno.

Corral del Carbón en Granada

Ya fuera del barrio del Albaicín, en el centro de Granada, se puede completar el recorrido de la Dobla de Oro visitando el Corral del Carbón, en la calle Mariana Pineda.

En tiempos fue una alhóndiga, un lugar en el que se almacenaba y comerciaba con el grano.

Fue fundada en el siglo XIV y servía de punto de reunión entre mercaderes y comerciantes llegados de tierras remotas.

Al Corral del Carbón se accede por  un gran arco de herradura aguda de ladrillo con inscripciones, una de esas maravillas que uno va encontrando al pasear por Granada.

Una cosa curiosa es que el edificio se construyó sin ventanas exteriores para evitar el robo de las mercancías, y su única puerta se cerraba a la puesta del sol sin que los mercaderes pudieran salir hasta el amanecer.

Gracias a este itinerario de la Dobla de Oro se descubren algunos lugares que están en el barrio más conocido de Granada, pero que parece que podríamos pasar por delante sin darnos cuenta de su importancia.