Durante tu paseo turístico por los alrededores de la Puerta del Sol en Madrid, tienes la oportunidad de ver uno de los establecimientos centenarios y más tradicionales que hay en Madrid, cuyo prestigio trasciende de nuestras fronteras.
Se trata de Capas Seseña, un establecimiento dedicado a la confección artesanal y venta de la capa española, tradición que mantiene desde el año 1901.
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A principios del siglo XX, la calle de la Cruz era una calle conocida en Madrid por sus numerosas sastrerías donde, entre otras prendas, se confeccionaban y vendían capas españolas, a pesar de que ya era una prenda en desuso tras la proliferación desde finales del siglo anterior de los abrigos MacFerlan.
Si bien la capa es una prenda de abrigo utilizada en todo el mundo desde antes de la época romana, en concreto la capa española llegó a adquirir un gran protagonismo en la historia de España en el siglo XVIII con motivo del conocido como Motín de Esquilache.
El marqués de Esquilache era el ministro de Economía del rey Carlos III, y se había granjeado una gran impopularidad por diversas medias tomadas, pero la gota que rebosó el vaso, y que condujo a un motín popular, fué una orden que afectaba al uso de la capa.
Con el objetivo de mejorar la seguridad en la calle, y que los delincuentes no se ocultaran tras la capa, que entonces se llevaba muy larga, dictó una orden que obligaba a que las capas tenían que ser cortas para que se pudieran ver los espadachines.
Asímismo los tradicionales chambergos, sombreros de ala ancha, debían ser sustituidos por sombreros de tres pico. Tras ese motín popular, el rey Carlos III se vió obligado a cesar a su ministro Esquilache.
La sastrería Seseña pronto se ganó fama por sus capas, llegando a ser nombrada proveedor oficial de la Casa Real en la época del rey Alfonso XIII. Y ya desde entonces, los más ilustres personajes españoles y extranjeros se convirtieron en clientes de Capas Seseña. Entre éllos cabe citar a Rodolfo Valentino, Picasso, Buñuel, Gary Cooper, Federico Fellini, Camilo José Cela…
En 1966, cuando Enrique Seseña, nieto del fundador, tomó las riendas del negocio, y ante el declive del negocio de la sastrería tradicional, decidió dar el paso de dejar la venta de la ropa de caballero y especializar el establecimiento en la confección y venta de la capa española. Esa decisión fué un éxito, lo que incrementó sensiblemente el negocio y la fama mundial de Capas Seseña.
En la actualidad, las capas españolas se siguen confeccionando en el mismo establecimiento de la calle de la Cruz, artesanalmente una a una, con un paño de cuatro a cinco metros de largo, proveniente de una fábrica de Béjar, y con terciopelo en el interior.
Los precios de las capas españolas en Capas Seseña van desde los 575 euros hasta los 1.200 euros que pueden costar capas bordadas. El 50 por ciento de la producción se vende a clientes extranjeros.
La capa española actualmente es una prenda que se compra sobre todo como regalo, si bien ya no se utiliza en el día a día como prenda de abrigo, sino para asistir a eventos, como ir al teatro o a una boda.
Capas Seseña está regentado en la actualidad por Marcos Seseña, hijo de Enrique, y si bien los clientes siguen acudiendo directamente al centenario establecimiento de la calle de la Cruz, también comercializan a través de Internet.
ME GUSTO MUCHO ESTE REPORTAJE DE LAS CAPAS.
ME GUSTA EL DISEÑO DE MODA Y ESTO ME INTERESA SOBREMANERA
ME GUSTARIA UNO SOBRE LOS VESTIDOS TIPICOS DEL FLAMENCO.
FELICIDADES.