Tras una primera visita al Monument Valley, donde pudimos disfrutar del bello atardecer en estos impresionantes paisajes, nuestro plan era volver al día siguiente para hacer una excursión por el interior de este parque de la Nación Navajo.
Así, tras desayunar por todo lo alto en el restaurante del Holiday Inn, donde estábamos alojados, y tras cargar el coche con las maletas, nos dirigimos de nuevo al Monument Valley.
Al aproximarnos por segunda vez a este lugar, íbamos parando para hacer fotos en la distancia, y luego ya más cerca.
La sensación que nos dejó en nuestra visita de ayer fue tan fantástica, que en este segundo día teníamos una ilusión especial por volver; sentíamos como un imán muy especial.
Tras aparcar el coche, volvimos a admirar y fotografiar la vista de las mesas naturales.
Como el día anterior, en nuestra conversación con los indios navajos (sin que me mirasen a los ojos) no llegamos a ningún acuerdo sobre un posible recorrido guiado a hacer hoy.
La razón: nos pedían mucho dinero.
Senderismo en Monument Valley
Por tanto, decidimos hacer un poco de trekking y seguir durante unas cuatro horas un sendero llamado Wildcat Trail.
¡¡ Bendita fue la hora que nos pareció cara la excursión de pago que nos propusieron los guías locales!!.
Nuestro recorrido fue realmente precioso, muy difícil de explicar con palabras.
Todos los astros se nos alinearon a favor. A saber: día soleado, calorcito, cielo muy azul, tierra rojiza, atmósfera envolvente, olores libres, atmósfera transparente y clara, flora viva,…
En suma, una gran caminata por los senderos alrededor de los monolitos o dioses de piedra.
Pudimos admirar, con decenas de fotos también, esas mesas naturales desde muy cerca y darnos cuenta, aún más, de su inmensidad, y de la paz y armonía que transmiten.
Al acabar el recorrido de casi cuatro horas, regresamos de nuevo al mirador del Centro de Visitantes, donde volvimos a disfrutar de las impresionantes panorámicas de los paisajes del Monument Valley.
También pudimos ver las tradicionales casas de barro de los indios navajos, y pudimos comprobar cómo estaban construidas. Ya de regreso al coche, pudimos ver a una pareja de navajos baliando sus danzas típicas. Interesante.
Tras salir del Monument Valley, y antes de retomar nuestra siguiente etapa del viaje costa a costa por Estados Unidos, recorrimos en coche las cercanías del parque, donde vimos nuevos paisajes con las características tierras rojizas que han servido de escenario de películas.
Estas tierras ahora están compartidas con los núcleos residenciales de los navajos, quienes viven bastante diseminados por la llanura, en pequeñas casas o en caravanas.
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