14 imprescindibles en Pamplona: qué ver y hacer en 1 ó 2 días

La capital de Navarra es un destino perfecto para disfrutar de una escapada en cualquier momento del año.

Pese a ser mundialmente conocida por sus fiestas de San Fermín, Pamplona es aún un diamante en bruto por descubrir.

Su centro histórico delimitado por sus imponentes murallas renacentistas conserva el encanto de siglos pasados.

En su callejero de origen medieval encontrarás templos góticos, palacios barrocos y tiendas modernistas

Y además, semiocultos entre edificios, los restos de las murallas de los tres burgos independientes (Navarrería, San Cernín y San Nicolás) que existían en el lugar hasta que el rey de Navarra Carlos III el Noble los unificara en 1423 para fundar Pamplona, tal y como hoy la conocemos.

Pero al margen de los monumentos y sitios históricos, lo que más gusta de Pamplona es su calidad de vida, la limpieza de sus calles siempre animadas y sus maravillosos parques.

Lo mejor que ver y hacer en Pamplona en uno o dos días

De cara a tu viaje, y con la experiencia de vivir en la ciudad de Pamplona, te hemos seleccionado los planes imprescindibles para disfrutar de una escapada ideal para un fin de semana.

Plaza Consistorial, sitio del txupinazo en San Fermín

Esta pequeña pero coqueta plaza es el icono de Pamplona, ya que es el escenario del multitudinario txupinazo que pone inicio a las fiestas de San Fermín.

En el siglo XV, este lugar era el punto donde confluían los tres burgos, por eso fue el punto elegido por Carlos III para construir el órgano de gobierno que pusiera orden en la caótica Pamplona medieval.

Si quieres saber más sobre este histórico momento, puedes entrar en el atrio del Ayuntamiento, donde se expone una copia facsímil del Privilegio de la Unión, el  acuerdo que trajo la paz a la ciudad hace ahora 600 años.

Iglesia de San Cernín y otros hitos del Camino de Santiago en Pamplona

El paso de los peregrinos europeos por la ciudad de Pamplona en camino hacia Santiago de Compostela está directamente relacionado con algunos monumentos.

Es el caso de la Iglesia de San Saturnino o San Cernín, obispo de origen francés y patrón de Pamplona.

El templo está justo a la vuelta del Ayuntamiento, no dejes de entrar si está abierto.

Casi enfrente, ya en la calle Mayor, está el Palacio del Condestable, un imponente edificio del siglo XVI con ventana esquinera que ha sido restaurado con gusto para alojar eventos culturales y un pequeño museo dedicado a Pablo Sarasate, compositor y violinista pamplonés de fama mundial.

En la misma calle Mayor, está Ultreia, un centro de acogida al peregrino e interpretación del Camino de Santiago, el lugar perfecto para disfrutar de una experiencia inmersiva que explica el papel fundamental del Camino en la historia de Pamplona.

Plaza del Castillo, la más popular de Pamplona

Frente a lo que mucha gente cree, la plaza más popular de Pamplona no es la del Ayuntamiento, si no la del Castillo, la novena más grande de España, una auténtica sala de estar al aire libre a la que venir a pasear, para ver y dejarse ver.

Además del Palacio de Navarra, sede del gobierno autonómico, fíjate en el elegante quiosco de música, ubicado en el centro; y no dejes de tomarte algo en el Café Iruña, el único de los cafés decimonónicos que ha llegado intacto a nuestros días.

De pintxos por el Casco Viejo de Pamplona

Ir de pintxos es otro de los planes imprescindibles de Pamplona.

El lugar más popular para disfrutar de un deliciosos pintxo suele ser la Calle Estafeta por su buen nombre como tramo más espectacular de los encierros de San Fermín.

Sin embargo, en casi todas las calles del Casco Viejo de Pamplona vas a encontrar buenas barras en las que elegir alguna de estas muestras de alta gastronomía en miniatura.

Además de la citada Estafeta, déjate caer por las calles Mercaderes, San Nicolás, Comedias, Espoz y Mina…

Catedral de Pamplona, joya del gótico francés

Ubicada en el punto más alto de la ciudad, la imponente catedral de Pamplona es una auténtica joya del gótico francés.

A pesar de que algunos se empeñan en rebajar su valor por la fachada neoclásica de Ventura Rodríguez (el arquitecto más famoso en su época), la sede episcopal de Pamplona merece una visita en profundidad.

Y no solo por su esbelta nave central, la rejería o el sepulcro en alabastro de Carlos III el Noble y su esposa, sino también por la que no sé ve a simple vista.

Nos referimos a la exposición Occidens, el claustro, la cocina medieval y la sala capitular, rincones que sólo podrás conocer pagando la entrada.

Mirador Caballo Blanco

A la vuelta de la catedral vas a descubrir algunos de los rincones más recoletos de la Pamplona medieval.

Se trata de la plazuela de San José, un oasis urbano, donde se encuentra el Rincón del Caballo Blanco, una taberna con terraza de aspecto medieval que se ubica sobre una de las puntas de la muralla defensiva que protegió a la ciudad de invasores, ya fueran franceses o carlistas.

Desde los miradores del Redín, que es como se llama a esta zona de la muralla, vas a poder ver el emblemático Portal de Francia, única puerta de la ciudad que aún conserva operativa su puerta levadiza.

También podrás ver el vergel de Aranzadi, zona de huertas y grandes árboles que forma parte del Parque Fluvial del Arga, un paseo absolutamente recomendable.

Explorando las murallas de Pamplona

Desde el Redín puedes recorrer la muralla de Pamplona en todas las direcciones.

Para verlas desde abajo, atraviesa el Portal de Francia, pero si las quieres ver desde arriba, toma desde el mismo Redín la Ronda del Obispo Barbazana.

Este paseo transcurre entre la trasera de la catedral y las copas de los árboles, es una chulada y muy pocos turistas lo conocen.

El paseo continúa hasta el Fortín de San Bartolomé, donde se puede visitar el Centro de Interpretación de las Murallas.

Ahí encuentras el Parque de la Media Luna, otro de los jardines históricos con vistas a las huertas de la Magdalena, donde se producen las mejores lechugas, a la venta en los mercados de la ciudad.

Plaza de Toros de Pamplona

Junto al fortín está la Plaza de Toros, fin del itinerario del encierro.

La de Pamplona, una de las más grandes de España, está abierta a visitas audioguiadas y guiadas la mayor parte del año.

Monumento del Encierro de Pamplona

El tour por las tripas del ruedo es el perfecto aperitivo para acercarse a uno de los monumentos más buscados de Pamplona, el dedicado al Encierro, un complejo escultórico levantado en el cruce de las avenidas Roncesvalles y Carlos III.

El monumento representa a seis toros, tres cabestros y diez corredores; el autor congela en bronce un instante de la carrera más emocionante.

Hornacina de San Fermín, inicio del Encierro

Si aún te quedan fuerzas sanfermineras, no dejes de visitar los corralillos del gas, punto de inicio del encierro y la hornacina donde se coloca la imagen de San Fermín, en la calle de Santo Domingo, a la que los mozos piden protección antes del inicio de cada carrera.

Si prefieres ver la imagen auténtica del santo, tendrás que ir a la Iglesia de San Lorenzo, situada al final de la calle Mayor.

Museo de Navarra

Casi sobre la hornacina del santo está el Museo de Navarra, un antiguo hospital donde se exponen piezas únicas.

A destacar el togado de Pamplona; la arqueta de Leire, hecha en marfil de elefante por artesanos de Medina Zahara; el capitel de Job, procedente de la catedral románica de Pamplona o el mapa de Abauntz, considerado el primero de la historia de la humanidad.

Jardines de la Taconera

Tras recorrer el Paseo de los Enamorados, otro de los frentes de la muralla que parte del citado museo, llegamos a los Jardines de la Taconera, un rincón romántico en el que viven las especies arbóreas más espectaculares.

Durante tu paseo podrás ver secuoyas gigantes, exuberantes ginkgo bilobas, tejos esculpidos y hasta un viejo fresno, único superviviente de las plagas que asolaron a sus iguales del parque en los años 80.

En verano no dejes de visitar la terraza del Café Vienés, ubicado dentro del parque y “decorada” con una espectacular séfora japónica péndula.

La Ciudadela, gran complejo amurallado de Pamplona

Solo visitando la Ciudadela y la Vuelta del Castillo, la gran pradera siempre verde que la rodea, podrás hacerte una idea de lo enorme que fue el complejo amurallado de Pamplona.

La Ciudadela es una fortaleza renacentista con forma de pentágono regular y cinco baluartes en sus ángulos que ofrece al viajero mil rincones por los que perderse en sus revellines, puentes levadizos y troneras.

En el corazón de esta inexpugnable fortaleza encontrarás diversos pabellones (Armería, Polvorín, Horno…) cuyo uso se ha adaptado como salas de exposiciones de arte, la mayoría de ellas de gran calidad que te recomendamos visitar.

MUN de Moneo, arquitectura contemporánea en Pamplona

Desde la Vuelta del Castillo puedes seguir las flechas amarillas del Camino de Santiago para dirigirte hasta la Universidad de Navarra.

El campus de este centro privado aloja una colección de edificios de arquitectura contemporánea interesantes, entre ellos el MUN, diseñado por Rafael Moneo.

En su interior se conserva el legado del pionero de la fotografía Ortiz de Echagüe, así como las obras de la colección de la mecenas Josefa Huarte.

Su programa de exposiciones temporales y las masterclass con artistas son dos buenas excusas para visitar el MUN.

Mapa: cómo llegar a Pamplona

Aquí tienes un mapa de la ciudad de Pamplona, donde buscar los sitios más destacados, además de cómo llegar a la capital navarra.