Hatusa fue la gran capital del antiguo Imperio Hitita, que dominó buena parte del interior de Anatolia, y su visita es una de las etapas fundamentales en un viaje por el interior de Turquía.
Este importante recinto arqueológico refleja un momento de la historia, el del máximo esplendor de la civilización hitita, que fue de gran importancia en buena parte de Oriente Medio.
La Unesco inscribió este sitio y el cercano santuario de Yazilikaya en la lista del Patrimonio Mundial en 1986.
El Imperio Hitita fue uno de los más poderosos de la Antigüedad en Oriente Medio pero también sigue siendo uno de los más misteriosos.
Toda la información al detalle
Curiosidades Historia Imperio Hitita
En el siglo XIII a.C. mantuvo una guerra contra Egipto, y estos dos superpoderes firmaron en 1280 a.C. el Tratado de Qadesh, el primero escrito de la historia para declarar la paz.
Alrededor de un siglo después, el imperio se deshizo y surgieron diferentes ciudades-estado neo-hititas que a su vez fueron desapareciendo paulatinamente. Pero quedan los restos de Hatusa para contarnos una parte de su historia.
Hatusa se encuentra a las afueras de la aldea de Bogazkale, que puede ser una buena base para pasar la noche.
Bogazkale está a 190 kilómetros al este de Ankara y se llega por una buena carretera en unas dos horas y media.
Después de muchos siglos de olvido, Hatusa fue descubierta en la década de 1830, pero no fue estudiada en profundidad hasta el siglo XX.
Su ubicación estuvo muy bien elegida, en el extremo de una llanura fértil, con buena provisión de agua.
La ciudad fue fundada por los hatti, un pueblo prehitita, hacia el año 2000 a.C. y se convirtió en la capital hitita 400 años más tarde.
Qué ver en la visita de Hatusa en Turquía
La visita la debes iniciar en la citada aldea de Bogazkale, donde es aconsejable visitar el museo que, aunque pequeño, ofrece bastante información.
Además, conserva las dos esfinges originales del lugar, las cuales durante mucho tiempo estuvieron en museos de Estambul y Berlín.
También es aconsejable, por supuesto, visitar en Ankara el museo de las Civilizaciones de Anatolia, uno de los más importantes del mundo sobre las culturas de la Antigüedad.
El recinto arqueológico de Hatusa se extiende sobre una superficie muy amplia; de hecho, se puede entrar con coche para recorrerlo e ir parando en los lugares más importantes.
Si el recorrido se hace a pie, hay que pensar en un par de horas sólo para los paseos, además de las visitas propiamente dichas.
El lugar está definido por dos valles, que forman un espacio triangular donde, además de la abundancia de agua, es evidente el valor estratégico y fácilmente defendible del conjunto.
No quedan restos, como columnas o teatros, que puedes ver en otros yacimientos arqueológicos, pero impresiona el tamaño de los edificios que podemos imaginar con las bases de las estructuras que se conservan.
Una muralla de seis kilómetros de longitud, abierta en varias puertas monumentales, rodeaba el recinto con unas 200 torres, lo que convierte a Hatusa en uno de los ejemplos conocidos más antiguos de ciudad fortificada.
Se ha reconstruido un tramo y así podemos imaginarnos como fue hace más de 3.000 años.
Su interior puede dividirse en una ciudad alta y una ciudad baja, y se calcula que en su momento de apogeo pudo llegar a tener 15.000 habitantes, probablemente más que los que podían vivir en la Atenas del Partenón.
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Junto a la taquilla hay una pequeña tienda con artesanías, y allí se concentran también algunos artesanos locales que venden pequeñas reproducciones de los relieves antiguos.
Al entrar en el recinto arqueológico de Hatusa, lo primero que se encuentra es el Gran Templo, que estaría dedicado a la diosa del Sol y el dios de las Tormentas.
Debía de ser un lugar destinado al culto religioso, pero también a los encuentros sociales y económicos.
Al recinto se entraba por una vía procesional, y antes de entrar en el templo se pasaba junto a una especie de piscina que en tiempos estaba tallada en una roca monolítica y entre dos leones de piedra.
Una curiosidad es que estos leones tienen cinco patas para que, dependiendo del lugar que se observen, siempre muestren cuatro patas.
En el conjunto lo realmente sorprendente es un bloque de nefrita, una piedra verde de tacto suave y pulido, la cual no se sabe qué significado pudo tener.
La siguiente parada debe hacerse en la llamada Puerta de los Leones.
En la parte exterior aparecen los grandes leones que le dan nombre, con aspecto amenazador para defender a la ciudad, tanto de los enemigos, como de los malos espíritus. La cabeza del león del lado izquierdo está reconstruida.
A continuación se llega a la Puerta de las Esfinges, por las que originalmente flanqueaban la entrada.
Las que se ven son copias, ya que las originales se encuentran en el citado museo de Bogazkale. A diferencia de los leones de la puerta anterior, las esfinges miran hacia el interior de la ciudad.
Un detalle interesante es el túnel de unos 70 metros de longitud que pasa por debajo de la puerta y conecta con el exterior del recinto amurallado, el cual se puede recorrer con un poco de cuidado, pero sin problemas.
Dos escalinatas exteriores unen el nivel del túnel con el de la puerta en lo alto de la muralla, y el conjunto resulta impresionante y sorprendente.
La tercera puerta que se visita es la del Rey, en la que la figura de un monarca que la adorna es una copia y el original se encuentra en el museo de las Civilizaciones de Anatolia en Ankara.
Es del siglo XIV a.C. y es uno de los mejores ejemplos de escultura hitita que se conoce.
De hecho, tiene tantos detalles, que se distinguen las cutículas de las uñas y el vello del pecho.
Estas puertas se encuentran en la parte más alta del recinto, y desde ellas las vistas son magníficas; hacia el interior se ve todo el conjunto, con diferentes restos desperdigados, y hacia el exterior se aprecian las montañas y los bosques circundantes.
Al descender se pasa junto a diversas estructuras.
Una de las más curiosas es la Cámara de los Jeroglifos que se encuentra a la derecha de la carretera, una galería con bajorrelieves que representan al rey Suppiluliuma II y se cree que el lugar estaría dedicado al culto de divinidades infernales.
Muy cerca se encuentra la Gran Fortaleza, donde estaría la residencia de los reyes y los archivos.
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Los restos permiten imaginar la distribución de patios, viviendas, puertas, salas de audiencia y salas de culto.
Horarios y precios visita Hatusa
Los horarios de visita del recinto arqueológico de Hatusa son, todos los días del año, de 10 a 19 horas, del 1 de abril al 30 de septiembre, y de 08 a 17 horas, del 1 de octubre al 31 de marzo.
El precio de la entrada para visitar Hatusa es 10 liras.
Por su parte, el museo de Bogazkale tiene los mismos horarios y precio.
La visita de Hatusa debe complementarse con la del santuario de Yazilikaya, situado a unos tres kilómetros de distancia.
También, si se tiene un poco de tiempo, es muy aconsejable acercarse a Alacahöyük, otra ciudad hitita que se encuentra a unos 35 kilómetros.
Me gusto mucho, muy buenas fotos, gracias por tan buena información.
Impresionante, gracias por tan buena informacion.