14 Imprescindibles: qué ver y hacer en Estambul en 2, 3 ó 4 días

Estambul es uno de los grandes destinos viajeros del mundo y no extraña saber que es una de las ciudades más visitadas.

Su magnífico emplazamiento sobre dos continentes, la enorme cantidad y calidad de sus monumentos históricos, su vitalidad moderna, su gastronomía además de su buena oferta hotelera, todo hace de Estambul un clásico en las listas de los viajes deseados.

Estambul es una ciudad inmensa, la más poblada de Europa, y ha sido capital de los imperios bizantino y otomano.

Es tal la cantidad de lugares atractivos e interesantes. que ofrece que es literalmente imposible conocerlos todos en una visita de unos pocos días, siempre quedarán cosas pendientes que justificarán una nueva visita.

Es muy fácil combinar una estancia de unos días en Estambul con un recorrido con otras zonas de Turquía, ya sea la Costa del Egeo, Capadocia, la Riviera Turca o cualquiera de otras zonas menos visitadas pero igualmente interesantes en el interior de Anatolia.

14 sitios que ver y visitar en Estambul

Hemos seleccionado 14 lugares para visitar en un viaje de turismo a Estambul y Turquía.

Hay muchos más, lo que garantiza que es un destino excepcional que bien merece pasar varios días disfrutando de sus atractivos.

Santa Sofía en Estambul

Santa Sofía es el gran monumento que destaca sobre la inmensa cantidad de maravillas arquitectónicas y culturales que tanto abundan en Estambul.

Para muchos esta visita es la gran experiencia cultural de cualquier viaje a esta ciudad y, lógicamente, es el monumento más visitado de la ciudad.

No hay comparable en ningún otro lugar del mundo.

Durante más de nueve siglos fue la iglesia más grande de la Cristiandad y luego, durante casi cinco siglos, la mezquita más espléndida del Islam.

Desde 1934 funcionó como museo, pero desde el verano de 2020 ha vuelto a tener el estatus de mezquita.

Aunque el exterior es poco vistoso, su interior es uno de los más espléndidos del planeta, tanto por el espacio creado como por la riqueza de los materiales de construcción y la belleza de los trabajos artísticos, sobre todo los mosaicos bizantinos.

Al dejar de ser un museo para volver a ser una mezquita, han cambiado las normas de visita, las cuales ahora están sujetas a las horas libres entre los periodos dedicados a la oración, como ocurre en todas las mezquitas del Turquía.

Mezquita Azul en Estambul

La mezquita del Sultán Ahmet, conocida por todos como la Mezquita Azul, es uno de los monumentos más apreciados por los visitantes.

Es la última gran mezquita imperial de importancia. Ocupa una parte de los terrenos del Hipódromo y del Gran Palacio bizantino.

Se accede a través de un patio porticado que tiene las mismas dimensiones que la sala de oración.

Al entrar deslumbra la luz que entra por sus 260 ventanas y hace brillar los 20.000 azulejos de Iznik que cubren el interior.

El sobrenombre de la mezquita se debe a que la mayoría de estos azulejos son de color azul, turquesa y verde.

Construida a principios del siglo XVII, es muy vistosa pero todos sus aspectos fastuosos en realidad enmascaran la incapacidad de los arquitectos de aportar innovaciones sobre las construcciones anteriores.

Pequeña Santa Sofía en Estambul

Si se tiene un poco de tiempo, conviene acercarse a la antigua iglesia de San Sergio y San Baco, que se encuentra a unos 500 metros de la Mezquita Azul.

Como la inmensa mayoría de las iglesias bizantinas, fue convertida en mezquita tras la conquista otomana, añadiéndole el alminar y un pórtico.

Fue construida en la primera mitad del siglo VI por orden de la emperatriz Teodora. Ha sido restaurada hace pocos años.

Tiene una estructura curiosa, la de un cuadrángulo irregular en el que se inscribe un octógono que sujeta la cúpula.

Entre los detalles más interesantes están los capiteles que coronan las columnas de mármol; algunos de ellos todavía muestran los monogramas de Justiniano y Teodora.

Estos son algunos de los detalles que han fomentado el sobrenombre de “Pequeña Santa Sofía”.

Palacio de Topkapi en Estambul

El palacio Topkapi, o Topkapi Sarayi, es el gran palacio de los sultanes en Constantinopla, es el mayor y el más importante monumento de arquitectura civil otomana.

Fue la residencia de los sultanes otomanos y sede del poder político del imperio desde mediados del siglo XV hasta mediados del XIX.

Además de su valor arquitectónico e histórico, es un verdadero museo que muestra una cantidad casi incalculable de joyas, manuscritos, porcelanas, armaduras, tejidos riquísimos y obras de arte que pertenecieron a los sultanes.

Un recorrido completo incluye pabellones, salas del Tesoro, el Harén y una bellísima panorámica sobre el Bósforo.

En el camino es fácil que la imaginación vuele al pensar en historias repletas de misterios e intrigas en las que participan sultanes, visires, eunucos, odaliscas, jenízaros y concubinas.

Cisterna subterránea en Estambul

Yerebatan Sarayi, conocida como la Cisterna Subterránea o la Basílica Cisterna, se encuentra a pocos pasos de distancia de Santa Sofía, y es uno de los restos más curiosos del periodo bizantino en Estambul.

Es la cisterna subterránea más antigua que se conserva y almacenaba el agua destinada al palacio imperial y los otomanos la siguieron utilizando para servir al palacio Topkapi.

Su interior es un espacio apoyado sobre 336 columnas, algunas procedentes de edificios anteriores.

El punto más destacado es el de las columnas que se apoyan en bloques tallados que representan cabezas de Gorgona.

El hecho de que estén giradas o cabeza abajo añade un punto de extrañeza al lugar.

Hipódromo de Estambul

El Hipódromo era el verdadero corazón social de la antigua Constantinopla, al que todos acudían para divertirse y hablar de política. Se piensa que podía albergar a 100.000 espectadores en sus gradas de 40 filas de asientos.

Lo único que se conserva, además del espacio libre ahora convertido en una plaza muy alargada, son tres monumentos que adornaban la spina, el pódium central alrededor del cual se realizaban las carreras.

Son el obelisco de Constantino, hecho de bloques groseramente tallados; el obelisco de Teodosio, que fue traído desde el templo de Karnak en Egipto; y la columna Serpentina.

Esta columna se erigió en el santuario de Apolo en Delfos, en Grecia, para conmemorar la victoria sobre los persas en la batalla de Platea.

Con el tiempo ha perdido las tres cabezas de serpiente que la coronaban, y con casi 2.500 años de antigüedad, es el monumento más antiguo que se puede encontrar en Estambul.

El Hipódromo es ahora la plaza Sultanhamet y es muy frecuentada por locales y visitantes.

Gran Bazar de Estambul

El Gran Bazar es, desde hace más de cinco siglos, una de las instituciones sociales más importantes de la ciudad y encarna el carácter comercial de Estambul que se adapta continuamente a los nuevos tiempos.

Su nombre es Kapali Çarsi, Bazar Cubierto, y es como una pequeña ciudad de 65 calles con miles de tiendas y talleres además de almacenes, fuentes, mezquitas, cafés y restaurantes.

La mejor forma de recorrerlo es pasear sin un objetivo determinado, dejándose llevar por los estímulos que se reciban en cada momento, absorbiendo el ambiente, sin pretender recorrer todos y cada uno de los rincones.

Perderse forma parte de la visita.

Mezquita de Solimán en Estambul

La mezquita de Solimán es la más espléndida de todo el Estambul otomano y es el mejor trabajo en la capital otomana de Mimar Sinan, el más importante arquitecto del imperio.

No hay duda de que es el edificio otomano más importante de Estambul, sólo superado en magnificencia por Santa Sofía.

Está situada en lo alto de una colina, por lo que es visible desde muchos puntos de la ciudad.

Su silueta destaca sobre todo al ser contemplada desde el puente de Gálata, en la zona del Cuerno de Oro.

Hay que saber que la mezquita forma parte de un külliye, un complejo de edificios relacionados y administrados conjuntamente que incluyen escuelas, baños, hospital, cocina, caravasar, cementerio, etc.

Bazar Egipcio en Estambul

El Bazar Egipcio es uno de los más atractivos de Estambul y el segundo más grande después del Gran Bazar. Forma parte del complejo dependiente de la Mezquita Nueva, la Yeni Cami, y sus beneficios ayudaban a financiar el conjunto.

También es conocido como Spice Market o Mercado de las Especias ya que antes estaba especializado en hierbas medicinales y especias.

Está formado por dos pasillos que se juntan en ángulo recto en los extremos formando una especie de “L”.

Cada pasillo está flanqueado por una infinidad de tiendas, entre las que abundan las de especias pero también de dulces, frutos secos, jabones, telas, perfumes y tés.

No hay que perderse el ambiente animado que se forma en las calles de los alrededores, donde las tiendas, muchas de ellas de comida y de artículos del hogar, sacan sus mercancías a la calle.

Mezquita Rustem Pasha en Estambul

La mezquita de Rüstem Pachá es una pequeña joya construida por Sinan, el creador de la gran mezquita de Solimán, y a pesar de sus reducidas dimensiones, es una de las más hermosas de Estambul.

Rüstem Pachá fue gran visir del sultán Solimán el Magnífico y se convirtió en el hombre más rico y poderoso del imperio.

La mezquita se abre a un patio, único en la ciudad al estar situado sobre una terraza, a través de un porche doble, que también es algo inusual.

La renta que pagan las tiendas que ocupan los bajos de esta estructura sirven para sufragar los gastos de esta institución desde hace siglos.

La mezquita es especialmente famosa por su extraordinaria decoración de azulejos que cubre casi todas las paredes.

Pertenecen al periodo de mayor esplendor de la escuela de Iznik, la más famosa del imperio otomano.

Puente de Gálata en Estambul

El puente de Gálata es uno de los puntos más animados de toda la ciudad, y resultará imposible no pasar por él en varias ocasiones durante una visita turística a Estambul.

Este puente cruza el Cuerno de Oro, el brazo de mar que separa el centro histórico y una zona más moderna conocida históricamente como Pera o Gálata.

El puente es utilizado por coches y el tranvía, pero también hay pasos peatonales y en algún momento habrá que atravesarlo a pie para disfrutar de las vistas y del ambiente.

El puente suele estar ocupado por pescadores alineados a lo largo de las barandillas.

Hay un piso inferior del puente donde se encuentran numerosos bares y restaurantes.

Tomar algo en cualquiera de ellos a la caída de la tarde mientras se encienden las luces, las siluetas de las mezquitas se recortan contra el horizonte y los transbordadores entran y salen del embarcadero, es una experiencia que no hay que perderse.

Beyoglu en Estambul

El barrio de Beyoglu es muy diferente del centro histórico donde se encuentran los grandes monumentos más conocidos como el Gran Bazar, Santa Sofía, la mezquita de Solimán y el palacio Topkapi.

Es la zona en la que se establecieron las comunidades extranjeras, las embajadas y las iglesias, y donde en el siglo XX se levantaron los grandes hoteles, las tiendas más lujosas y los edificios privados más suntuosos.

El eje del barrio es Istiklal Caddesi, la Avenida de la Independencia, que se extiende entre la plaza de Taksim y Tünel.

Aunque no se aprecie a primera vista, la avenida corre por la cresta de una colina, lo que proporcionará en algún momento las mejores sorpresas del recorrido ya que desde las azoteas de los edificios, algunas ocupadas por bares y restaurantes, se tienen unas impresionantes vistas de la ciudad, el Bósforo y los alrededores.

La Torre de Gálata es el monumento más antiguo y espectacular de esta zona.

Desde lo alto las vistas sobre la ciudad, el Cuerno de Oro y el Bósforo son magníficas.

Bósforo en Estambul

Estambul es la única ciudad del mundo que se encuentra sobre dos continentes y el Bósforo, el estrecho que separa Asia de Europa,  es una de los mayores atractivos en cualquier visita.

El Bósforo mide poco más de 30 kilómetros, los que separan el mar Negro del de Mármara, pero está repleto de atractivos.

Hay diferentes maneras de recorrerlo y la manera más sencilla y económica es tomar el ferry público que sale de la terminal de Eminönü (cerca del extremo sur del puente de Gálata) y emprende el viaje hasta Anadolu Kavagi, el final de la ruta.

Este barco es una especie de autobús acuático que realiza diferentes paradas en el camino mientras zigzaguea entre varios puertos distribuidos entre Asia y Europa.

Al llegar a Anadolu Kavagi, hay tiempo para visitar el pueblo y comer en alguno de los numerosos restaurantes que se encuentran a orillas del estrecho antes de coger el barco de vuelta a Estambul.

Conviene hacer el viaje en un día soleado.

Palacio Dolmabahçe en Estambul

Cuando a mediados del siglo XIX los sultanes otomanos consideraron que el palacio de Topkapi estaba anticuado, decidieron mudarse a la zona del Bósforo.

Allí fueron construyendo varios palacios, entre los cuales el de Dolmabahçe es el más espectacular, y se asoma al Bósforo desde su orilla occidental, la europea.

Su fachada principal es la que se asoma al estrecho y destaca especialmente cuando se hace una excursión en ferry.

La visita es un recorrido por una serie casi interminable de estancias de todo tipo entre las que abundan los salones, ya sean de recepción, de ceremonias religiosas, además de la sala del trono.

No hay que perderse un paseo por los jardines que lo rodean.