Cómo visitar Santa María de Melque, ermita visigoda (Toledo): horarios

Santa María de Melque es una de las iglesias visigodas más hermosas de España.

Desde luego, se puede considerar que es el lugar más importante a la hora de pensar en una ruta visigoda por la provincia de Toledo.

Un dato que nos hace darnos cuenta de la importancia de este monumento histórico de Toledo es que se trata del conjunto monástico más antiguo que se conserva en España.

Curiosidades historia de Santa María de Melque

Aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, no hay duda de que se remonta a las últimas décadas del siglo VII.

Cuándo se fundó Santa María de Melque

Probablemente el conjunto se terminó de construir hacia el año 700, es decir, poco antes de la llegada de los musulmanes a la península en 711.

A lo largo de los siglos el conjunto ha pasado por diferentes etapas, con distintos usos y propietarios.

Aunque la construcción sufrió modificaciones a lo largo del tiempo, y ha sido parcialmente restaurada en los últimos años, Melque transmite una profunda sensación de unidad y de antigüedad, de conjunto muy bien conservado.

Por ello se puede decir sin exagerar que visitar Santa María de Melque es como hacer un viaje en el tiempo.

Ermita de Santa María de Melque

Tras la Reconquista, el lugar recuperó su función religiosa y, con el tiempo quedó bajo en control de la Encomienda de Montalbán. Más tarde perdió la población y quedó reducida a una ermita en un paraje solitario.

Tras la desamortización del siglo XIX, pasó a manos privadas y el edificio se utilizó como cuadra y almacén.

Los edificios que vemos a su alrededor ahora son casas de labranza construidas para la explotación del lugar.

Aunque normalmente se piensa en Melque como una iglesia, en realidad el edificio forma parte de una unidad mucho más grande; de hecho, el conjunto protegido ocupa una extensión de 29 hectáreas.

El que este monumento visigodo se encuentre rodeado de plena naturaleza, como debió de estarlo en el momento de su construcción, nos hace sentir mejor cómo debía de ser este templo hace 1300 años.

Su ubicación en un lugar aislado fue una de las condiciones decisivas para ser elegido para levantar un monasterio, aislamiento que a su vez favoreció su conservación.

Es probable que fuera mandado construir por un cargo importante de la corte toledana, y los historiadores nos dan varias claves que nos ayudan a entender su razón.

El templo surge como lugar de enterramiento de un personaje vinculado a la realeza visigoda, que quería que su cuerpo se conservara en una iglesia.

El problema es que esta práctica estaba prohibida por la legislación de la época, probablemente para que con el tiempo no se confundiera con un santo al noble enterrado, y se generara un culto a un personaje equivocado.

Esta prohibición se mantenía férreamente en la capital y las grandes poblaciones, pero no en lugares aislados.

Por tanto se decidió construir un monasterio en un lugar muy aislado, y para ello se eligió lo que debió de ser un antiguo latifundio organizado alrededor de una villa romana.

Hay que recordar que los monasterios, en cuanto focos económicos, políticos y culturales a la hora de ordenar y controlar un territorio, fueron los herederos de las villas romanas.

Este complejo de construcciones incluía, además de la iglesia, un recinto amurallado, las viviendas de los monjes, terrazas de cultivo y cinco presas. Algunas de estas presas son de origen romano.

Este último dato no debe sorprendernos ya que el propio conjunto monástico se construyó, como se ha dicho, en torno de una antigua villa romana.

Como visitar y qué ver en el conjunto visigodo de Melque

Por tanto, lo interesante es que el recinto que se puede visitar no se reduce a la iglesia, sino que incluye la zona que se extiende a su alrededor, el llamado Conjunto de Melque.

La calidad de la obra arquitectónica y la naturaleza circundante forman un conjunto único y hace que sea uno de los mejores lugares de toda la Península para viajar con la imaginación a ese periodo tan lejano en el tiempo, y tan interesante, que se ha dado en llamar la Antigüedad Tardía, la transición entre la Edad Antigua y la Edad Media.

Al observar el templo, tanto por el exterior como por el interior, encontramos detalles constructivos de la arquitectura romana, que nos recuerdan algo al acueducto de Segovia, pero por otro lado vemos soluciones más evolucionadas.

Los muros están construidos con granito, con bloques de tamaños muy diferentes, son muy robustos y tienen más de un metro de espesor.

El conjunto es asimétrico por los añadidos que se fueron incorporando con el paso del tiempo. Entre esos añadidos están las habitaciones que hay a cada lado del ábside y otra a la izquierda de la entrada.

Este último recinto pudo ser un pequeño claustro, pero también un osario.

También se distingue el arranque de lo que fue una torre sobre el crucero, seguramente de la época en que el conjunto se convirtió en una pequeña fortaleza.

La ermita es de planta de cruz griega, aunque con los brazos desiguales. Un detalle que puede sorprender es encontrar que el ábside, que es de planta de herradura, es cuadrado al exterior.

Otro detalle que llama la atención es la entrada, la cual se hace a través de un hueco de puerta adintelado, pero que está descargado por un arco.

La iglesia tiene varias aberturas para la iluminación, que son todas relativamente pequeñas.

Ello puede deberse al temor a los desplomes o como medida defensiva ante posibles ataques, lo que refuerza la apariencia de iglesia-fortaleza.

La decoración de los muros es mínima, tanto en el exterior como en el interior, pero aunque ahora veamos los muros desnudos, cabe pensar que en su momento las paredes estuvieran cubiertas de estuco y decoradas con pinturas y algunos relieves.

Se pueden distinguir algunos restos de esta decoración en el arranque de los arcos torales, los que sujetan el crucero.

Sería una decoración con motivos vegetales que representaban el ideal de paraíso terrenal.

Una sensación curiosa que se tiene al entrar es que los sillares de granito son algo vivo que está asentado en el fondo de los tiempos, y al salir, esa extensión inmensa de campo solitario nos hace sentir muy lejos del mundo.

Horarios visita Santa María de Melque

Los horarios de visita de Santa María de Melque son todos los días de la semana, excepto lunes, de abril a octubre, de 11 a 20 horas, y de noviembre a marzo, de 9 a 18 horas.

La visita a Santa María de Melque es gratuita.

En las antiguas casas de labranza que hay al lado del templo se ha abierto el Centro de Interpretación de Melque y del periodo visigodo que resulta muy interesante de visitar para comprender muchos detalles de este lugar, el cual desde 1993 es considerado un bien de interés cultural y tiene la protección que merece.

Mapa: cómo llegar a Santa María de Melque en Toledo

Santa María de Melque se encuentra a 45 minutos en coche, al suroeste de la ciudad de Toledo, y a una hora y media de Madrid.