Cómo visitar la Catedral de Málaga, tesoro renacentista: horarios, precios

Hasta hace pocos años, pensar en un viaje a una capital andaluza implicaba probablemente elegir entre Sevilla, Córdoba y Granada.

Málaga nunca estaba entre los destinos de una visita turística; sin embargo, en la actualidad se ha convertido en un atractivo de primer orden.

Las razones hay que buscarlas en la revitalización del centro y la apertura de museos como el Museo Picasso, el Thyssen y otros más.

Pero en otros casos los atractivos siempre han estado allí, como el Jardín Botánico, la Alcazaba, el castillo de Gibralfaro con sus grandes panorámicas, la animada vida en sus tabernas tradicionales y, por supuesto, la Catedral.

Sólo había que fijarse y valorar el gran patrimonio que existe en cada ciudad española.

Catedral de la Encarnación, tesoro renacentista en Málaga

Hay que decir que la Catedral Basílica de la Encarnación de Málaga es uno de los grandes tesoros renacentistas que podemos admirar en cualquier viaje por Andalucía.

Lógicamente es uno de los principales atractivos de cualquier visita a la capital malagueña.

Como ocurre siempre, la catedral se encuentra en pleno centro de la ciudad por lo que es muy fácil incluirla en cualquier itinerario.

La primera vez que se llega a la fachada de la Catedral, a través de calles bastante estrechas, es bastante sorprendente.

Primero porque siempre se habla de que es una joya renacentista, pero la fachada no responde en ningún caso a este estilo, sino que es una excelente muestra del arte barroco.

Ello se debe a que se tardó tanto tiempo, de hecho varios siglos, en terminar la obra, que aunque intentaron en todo momento mantenerse fiel al espíritu renacentista de los primeros proyectos, los gustos sociales y artísticos habían evolucionado mucho cuando por fin se pudo levantar la fachada principal.

Curiosidades de la historia de la Catedral de Málaga

Los Reyes Católicos conquistaron Málaga en 1487 y enseguida decidieron hacer construir una catedral sobre el lugar donde se encontraba la mezquita más importante.

De esta mezquita hay algunas descripciones, como la que hizo el viajero tangerino Ibn Batuta, que visitó Málaga en sus viajes por todo el mundo musulmán.

La primera construcción se hizo en estilo gótico pero el proyecto cambió muchas veces durante el siglo XVI, y en ese proceso participaron prácticamente todos los importantes arquitectos renacentistas españoles, como Siloé y Vandelvira.

La catedral de Málaga se consagró en 1588, aunque no estaba terminada. Las obras se retomaron en el siglo XVIII.

Un aspecto curioso y muy conocido es que la catedral sólo cuenta con una torre, la del lado norte. La razón que se ha dado siempre fue la falta de fondos para la construcción de la torre sur.

En realidad sí había dinero, pero el monarca prefirió destinarlo a otras obras públicas como la mejora de caminos y la construcción de canalizaciones de agua en la provincia.

También se dedicó parte de esos fondos en financiar la revolución norteamericana frente al poder inglés, revuelta en la que algunos malagueños jugaron un importante papel.

Otro detalle sorprendente de la fachada es que el cuerpo de la catedral está retranqueado respecto a las bases de las torres.

Si nos fijamos, veremos que la fachada tiene dos pisos, cada uno dividido en tres partes. Toda ella muestra una decoración muy elaborada, típica del barroco.

La parte correspondiente a las torres se adapta perfectamente a esta distribución y decoración.

Torre de la Catedral de Málaga

A partir de ahí, como ya hemos dicho, sólo se levanta la torre norte, la de la izquierda según miramos de frente, por lo cual la catedral es conocida popularmente como “la manquita“.

Con sus 87 metros, esta torre es la segunda más alta de cualquier catedral andaluza ya que la Giralda de Sevilla casi llega a los 95 metros.

Hasta hace pocos años ambos monumentos eran los dos edificios más altos de toda Andalucía.

Antes de entrar podemos dar una vuelta completa al conjunto para ver el exterior y hacernos una idea de las dimensiones del conjunto. Este recorrido se hace por calles peatonales.

Si vamos en sentido contrario a las agujas del reloj iremos por el Postigo de los Abades.

En cuanto avanzamos por el lateral vemos ya que el estilo barroco de la fachada desaparece y es como si nos remontáramos en el tiempo.

Puerta del Sol en Catedral de Málaga

En este lado sur vemos la Puerta del Sol, enmarcada entre dos torreones, y la imagen es bastante imponente.

La parte de la cabecera, por la calle Cañón, es la parte más sobria del conjunto, y siempre se dice que tiene la apariencia de una fortaleza.

Este efecto es patente si nos fijamos en las gárgolas, que parecen cañones.

Patio de las Naranjas y Puerta de las Cadenas

La calle Cañón nos lleva a un pequeño parque, el Patio de las Naranjas.

Y desde aquí vemos que el lateral norte, el que da a la calle Císter, es simétrico al lateral sur. En este caso vemos la Puerta de las Cadenas, enmarcada igualmente entre torreones.

Sin embargo, en este lado encontramos la Capilla del Sagrario, que es la parte más antigua del conjunto catedralicio, y de la cual no hay que perderse la fachada gótica.

Qué ver en en interior de la Catedral de Málaga

Después del recorrido exterior podemos iniciar la visita al interior.

Hay que saber que además de la visita normal, desde hace unos años también se puede hacer un recorrido por las cubiertas, lo que ofrece una imagen completamente distinta de la catedral, así como buenas vistas de los alrededores.

Al entrar, lo primero que destaca es la monumentalidad del conjunto y sus grandes dimensiones. Las naves tienen más de 40 metros de altura.

El trazado de la catedral es similar al de otras catedrales, con tres naves de igual altura aunque la central es más ancha.

A lo largo de las naves laterales se abren varias capillas. Las dos más interesantes se encuentran en el lado derecho.

Si empezamos la visita desde la entrada de la fachada principal, la nave que queda a nuestra derecha es la nave de la Epístola.

Capilla del Rosario y la pintura de Alonso Cano

Entre las capillas que se encuentran en este lado, hay que destacar la Capilla del Rosario por el cuadro de Alonso Cano que la preside, uno de los grandes tesoros de la catedral.

Otra capilla interesante es la de la Virgen de los Reyes, que se encuentra ya en el crucero.

Allí podemos fijarnos en las tallas góticas de la Virgen y de los Reyes Católicos. También hay un cuadro muy espectacular, la Decapitación de San Pablo.

La nave central está ocupada sobre todo por el coro y la capilla Mayor.

Coro de la Catedral de Málaga, obra barroca del siglo XVII

El coro es una de las obras maestras de la escultura barroca del siglo XVII.

La decoración es minuciosa y muy bella; está realizada por varios artistas pero, sobre todo, destacan las partes que son obra de Pedro de Mena.

Allí hay que mirar un poco hacia arriba para ver los dos órganos, que están considerados entre los mejores del barroco español.

Capilla Mayor, gran obra barroca

La Capilla Mayor de la catedral de Málaga es un prodigio barroco en el que las pinturas de la parte baja y las esculturas de la superior envían un mensaje doctrinal que es una verdadera catequesis visual.

Como ha quedado dicho antes, esta visita se puede complementar con la subida a la cubierta, a la que se accede por la torre norte.

La subida se hace por una estrecha escalera por la que hay que subir unos 50 metros.

Luego se sale al exterior y hay una pasarela que permite recorrer la cubierta, desde donde hay una buena panorámica del centro de Málaga.

El acceso puede estar cerrado si las condiciones meteorológicas lo exigen.

Horarios visita y precios entradas Catedral de Málaga

La catedral está abierta a visitas turísticas los días laborables en horario de 10 a 20 horas.

El horario de los sábados es de 10 a 18 horas, y los domingos y festivos, de 14 a 18 horas.

El precio de las entradas para visitar la catedral y subir a la cubierta es de 8 euros cada una, y la entrada combinada cuesta 12 euros.

Hay distintas tarifas para escolares, estudiantes, mayores, grupos, etc.