10 imprescindibles: qué ver y hacer en Oaxaca (México) en 1 día

A la hora de preparar un viaje por México, es muy probable que pienses incluir a Oaxaca en tu itinerario por la belleza de su casco histórico.

Pero, además, la ciudad puede convertirse en la base para diferentes excursiones muy interesantes por los alrededores.

Oaxaca se encuentra a 460 kilómetros al sureste de Ciudad de México, lo que no es una distancia muy grande en un país que tiene la extensión de cuatro veces España.

Para muchos, Oaxaca es la ciudad que mejor mantiene en sus calles el espíritu del México virreinal, cuando se fusionaron las culturas española y de las diferentes sociedades locales para dar lugar al país que ahora conocemos.

Además, el ambiente reposado que se vive en el centro resulta siempre muy atractivo.

Basta con sentarse un rato en las terrazas de los bares y los restaurantes de las arcadas del Zócalo —la plaza principal— para disfrutarlo.

Oaxaca, Patrimonio de la Humanidad

Hay que recordar que Oaxaca fue siempre la ciudad más importante del sur de México en la época del virreinato, y, por tanto, hay una serie de monumentos importantes que se pueden visitar.

La buena conservación del conjunto histórico propició su inclusión, junto al cercano recinto arqueológico de Monte Albán, en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

Además, en la ciudad vive una gran comunidad de artistas modernos cuya obra queda reflejada en museos y galerías.

Y por si fuera poco, hay varios museos con obras de antiguas civilizaciones prehispánicas, además de las tradiciones populares actuales que son herencia de diferentes culturas indígenas y de muchos siglos de historia.

Podemos recomendar una estancia mínima de tres o cuatro días para conocer la ciudad y sus alrededores, que incluyen Monte Albán, pero también los Valles Centrales.

Qué ver en la visita de turismo de Oaxaca

Como ocurre en casi todo México, a la hora de visitar una ciudad de origen colonial lo mejor es dirigirse a la plaza principal que casi siempre es conocida como el Zócalo.

Plaza del Zócalo en Oaxaca

El Zócalo de Oaxaca es una arbolada plaza peatonal a la que se asoman tanto el Palacio de Gobierno como la Catedral.

Se puede entrar en el palacio para ver los murales pintados por el artista Arturo García Bustos que reflejan la historia del Estado.

La Catedral de Oaxaca se encuentra en el otro extremo de la plaza, pero su fachada principal da a otra plaza, la Alameda de León.

Casi todos los demás edificios de la plaza del Zócalo se abren a la plaza a través de los portales, soportales que protegen del sol y la lluvia y donde se instalan las terrazas de los cafés y los restaurantes.

Hay que sentarse a tomar algo y ver pasar a los vendedores de helados, de cestas y de papel amate, además de los músicos con las marimbas, quienes añaden un punto de alegría tranquila a la plaza.

Muy cerca, en los puestos del mercado Juárez, se ofrece de todo, desde los moles de todos los colores para las sabrosas recetas oaxaqueñas a chapulines —los saltamontes, que en idioma nahua se llaman “que salta como una pelota de hule”— y gusanitos del maguey.

Iglesias de la época virreinal en Oaxaca

Los alrededores del Zócalo están llenos de iglesias de la época virreinal.

La de San Juan de Dios fue la primera catedral; en el Templo de San Felipe Neri se casó Benito Juárez, el hijo predilecto de la ciudad; las iglesias de la Compañía y la de la Preciosa Sangre de Cristo también merecen una visita.

En muchas de las ciudades coloniales de los españoles en América el monumento religioso más importante es la catedral o, en su defecto, la iglesia de la Compañía de Jesús.

Iglesia de Santo Domingo en Oaxaca

Sin embargo, en Oaxaca el lugar que deslumbra con sólo atravesar la puerta es la iglesia de Santo Domingo, una de las más espléndidas del continente.

El interior es un verdadero espectáculo de dorados, pinturas y relieves que cubren hasta el último milímetro cuadrado de las paredes y la bóveda de cañón.

Dentro del mismo conjunto hay mucho más que ver.

Jardín Etnobotánico en Oaxaca

El antiguo monasterio ahora alberga el museo de las Culturas de Oaxaca, con el tesoro proveniente de la Tumba 7 de Monte Albán, mientras que en los terrenos de alrededor se ha creado el Jardín Etnobotánico.

Este es un fascinante compendio de la biodiversidad oaxaqueña y su aprovechamiento durante siglos.

Entre sus más de 8.000 plantas están desde el humilde —por su tamaño— maíz salvaje, a un cactus biznaga de 7.000 kilos y probablemente casi mil años.

Cada especie tiene alguna relación con la cultura o el medio ambiente local.

Es, además, una muestra de la enorme biodiversidad de este Estado de Oaxaca, una de las mayores del planeta.

Hay otros museos que realmente valen la pena por diferentes razones.

El museo Rufino Tamayo muestra parte de la magnífica colección de arte prehispánico donada por el pintor oaxaqueño Rufino Tamayo.

Museo Casa de Juárez en Oaxaca

El museo Casa de Juárez está en la casa donde un joven Juárez trabajó como encuadernador.

Juárez había nacido en Guelatao, una remota aldea en las montañas, y escapó de una vida de pobreza e ignorancia gracias a los estudios que inició en esta ciudad.

Con el tiempo se convirtió en abogado y llegó a ser presidente de la república en varias ocasiones.

La suya es una historia de superación a través del esfuerzo y el estudio, y hoy es uno de los pocos políticos mexicanos admirados en este país.

Una de las razones es que luchó por una educación universal, gratuita y laica en un país en el que la mayoría de la población era analfabeta.

Desde hace casi un siglo y medio el nombre oficial de la ciudad es Oaxaca de Juárez.

Una curiosidad sobre el desarrollo económico de Oaxaca en la época virreinal era la exportación de la grana cochinilla, el colorante más deseado del mundo durante siglos.

Su origen se mantuvo en secreto, pero hoy todos sabemos que se obtiene de un insecto que se desarrolla en las chumberas que encuentran en esta zona las condiciones idóneas para su desarrollo.

Museo Nochezticalli en Oaxaca

Es un aspecto casi desconocido de la historia que en los últimos años se intenta desarrollar de nuevo en Nocheztlicalli, un centro cultural muy interesante que exhibe y mantiene el conocimiento sobre los tintes naturales en el México antiguo.

Para una visita, que es muy recomendable, hay que reservar el día anterior.

Arte contemporáneo y callejero en Oaxaca

Más allá del arte precolombino y virreinal, tan presentes en Oaxaca, la ciudad ahora vibra con la fuerza del arte contemporáneo.

Al caminar por las calles del centro sorprende ver la gran cantidad de galerías, museos, institutos y talleres de arte moderno, instalados muchas veces en viejas casonas coloniales que ofrecen una imagen muy potente de la fuerza creadora que se vive en la ciudad.

Un detalle interesante de la ciudad es su carácter reivindicativo en cuestiones sociales y políticas.

Este aspecto queda patente en el arte callejero que ocupa numerosas paredes y que se encuentra en cualquier paseo.

Gastronomía: qué comer en Oaxaca

Otra de las facetas más destacables de Oaxaca es la gastronómica.

Dentro de un país en el que su cocina tradicional ha sido declarada Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco, Oaxaca brilla con sus peculiares características.

Su cocina es fruto de la enorme variedad geográfica —que se extiende desde la costa a la montaña, desde valles áridos a subtropicales— y cultural —herencia de los 17 grupos étnicos indígenas más las influencia colonial española— del Estado.

Oaxaca es conocida como la Tierra de los Siete Moles.

Los moles son salsas hechas a base de diferentes chiles, nueces, hierbas y otros ingredientes, y resultan tener unos colores (amarillo, verde, rojo, etc.) muy vivos.

Todos los años se celebra el festival gastronómico Oaxaca Flavors, El Saber del Sabor que muestra la enorme variedad de las ochos regiones gastronómicas del Estado de Oaxaca y también de todo el país.

Qué ver en alrededores de Oaxaca

Ya ha quedado dicho que los alrededores de Oaxaca son muy atractivos y también merecen una visita detallada.

Conjuntos arqueológicos de Monte Albán y Mitla

El principal destino es Monte Albán, la antigua capital zapoteca, que alcanzó su máximo desarrollo entre los siglos IV y VIII.

Es uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes de todo México y está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1987.

Monte Albán se encuentra a las afueras de Oaxaca.

Más alejada, a unos 45 kilómetros, está Mitla, otra ciudad prehispánica, famosa por la intrincada decoración de piedra de sus monumentos.

Artesanía en pueblos de Valles Centrales

Un recorrido por los pueblos de los Valles Centrales permite conocer algunas de las mejores tradiciones artesanales de todo México.

Los artesanos de aldeas como Teotitlán del Valle, San Martín Tilcajete, Santo Tomás Jalieza y San Bartolo Coyotepec crean verdaderas obras de arte.

Por esta razón Oaxaca es uno de los mejores lugares de todo el país para comprar artesanía de calidad a buen precio.

El árbol del Tule cerca de Oaxaca

Otro lugar que no hay que perderse en los alrededores de Oaxaca es el árbol El Tule, que se encuentra a unos 10 kilómetros de distancia.

Es un ahuehuete, una especie de ciprés, y de él se dice que es el ser vivo más grande del mundo.

No se sabe su edad con certeza, pero se calcula que tiene entre 2.000 y 3.000 años.