Olimpia es uno de los lugares griegos más conocidos, y su nombre resuena en la actualidad con los Juegos Olímpicos, el acontecimiento deportivo más importante que celebra la humanidad.
Con su cita cada cuatro años, los Juegos mantienen viva la actividad inicial de este santuario, iniciada hace 2.800 años.
Es algo que no ocurre en los otros grandes sitios monumentales de la Antigüedad que podemos visitar en Grecia, pues, por ejemplo, en la actualidad ya nadie consulta el oráculo de Delfos.
Evidentemente ya no se compite en el Estadio de Olimpia, pero los vestigios arquitectónicos y escultóricos son hermosos y nos hablan de esplendor artístico, de gestas deportivas y de movimientos por la paz.
Son mensajes que siguen vivos: durante los Juegos Olímpicos de Barcelona se apeló a la tregua olímpica para detener, aunque fuera temporalmente, las guerras balcánicas.
Y cada cuatro años, sobre los restos de un altar en Olimpia, se sigue celebrando la ceremonia de encendido de la antorcha olímpica.
En la Antigüedad una llama eterna ardía en el templo de Zeus.
El sitio arqueológico que podemos visitar es un lugar tranquilo y hermoso.
No era una ciudad sino un santuario dedicado a Zeus, el rey del Olimpo, donde también se veneraba a otros muchos dioses y semidioses, entre ellos a Heracles.
Toda la información al detalle
Cómo eran los Juegos Olímpicos de la Antigüedad en Olimpia
Los Juegos Olímpicos de la Antigüedad se celebraron entre los años 776 a.C. y 393 d.C.
Durante los primeros siglos las pruebas deportivas se realizaban a la par que diferentes ritos religiosos.
En la época romana, en cambio, los juegos fueron perdiendo su dimensión sagrada mientras triunfaba el espectáculo.
La primera prueba disputada fue la carrera sobre la distancia del estadio, que mide 192,27 metros.
Esta medida equivale a 600 veces la longitud del pie de Heracles, al que una leyenda atribuye la creación de los juegos en honor de su padre Zeus.
Desde el principio se instauró la tregua olímpica, que permitía a los atletas viajar con seguridad al santuario y regresar a sus ciudades.
Estos periodos de paz y la celebración de ritos comunes llevó a los griegos a tomar conciencia de su unidad.
El lugar de culto primitivo en Olimpia era una arboleda sagrada, el Altis, donde se construyeron los templos.
Un poco aparte se encontraban los recintos deportivos y los edificios oficiales y los albergues.
La mezcla de construcciones griegas y romanas, de diferentes estilos, nos habla de la continuidad en el tiempo y el poder de atracción de este lugar durante toda la Antigüedad.
Por todo el simbolismo del santuario, más la belleza de sus restos y la importancia de las obras que se conservan en el museo, es evidente que Olimpia debe ser una de las etapas fundamentales de cualquier viaje de turismo por Grecia,
Sobre todo si nos centramos en una ruta por el Peloponeso con visitas a lugares como Micenas, Corinto, Epidauro, Mistrá y Monemvasía.
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No resulta extraño saber que en 1989 la Unesco inscribió al recinto de Olimpia en la lista del Patrimonio Mundial.
Qué ver en la visita de Olimpia en Grecia
La visita al recinto de Olimpia puede empezar por el museo que se construyó con ocasión de los Juegos Olímpicos de 2004.
En él se guardan un gran número de obras encontradas en el lugar, entre ellas verdaderas maravillas de la escultura.
Es imposible mencionar siquiera todas las piezas importantes que se conservan en este museo, que es uno de los mejores de toda Grecia.
Aquí hay esculturas de gran valor como la Victoria y Zeus con Ganímedes, aunque probablemente la estrella de todo el conjunto es el Hermes de Praxíteles.
Otras maravillas son las que se encuentran en la sala del Templo de Zeus.
El largo de esta sala corresponde a las dimensiones de la fachada del templo. Así podemos ver las esculturas que se encontraban en los dos frontones, el este y el oeste, casi a la altura de nuestros ojos.
Junto al museo hay una cafetería y una tienda en la que se pueden comprar, entre otras cosas, reproducciones de piezas arqueológicas de muy buena calidad.
Lo mejor del recinto arqueológico de Olimpia
Desde el museo se accede fácilmente a la entrada del sitio arqueológico.
Lo primero que encontramos, a nuestra derecha, es el Gimnasio.
Con sus grandes dimensiones, de 120 metros de ancho por 200 de largo, era el lugar en el que se llevaban a cabo las pruebas que necesitaban de mucho espacio, como el lanzamiento de jabalina o disco.
El Gimnasio estaba rodeado por pórticos.
Para visitar este recinto arqueológico, desde Katákolo te puedes apuntar a una excursión a Olimpia para cruceros, o si lo prefieres, a una excursión a Olimpia y la playa Kourouta, con la compañía de un guía en español
El pórtico este, junto al que se pasa, protegía una pista que se utilizaba cuando hacía mal tiempo.
El pórtico sur tiene una de las columnatas mejor conservadas de todo el conjunto.
A continuación se encuentra la Palestra, donde los atletas practicaban el salto y la lucha.
Se llega entonces a un conjunto de estructuras que han cambiado de función a lo largo de los siglos.
Estatua de Zeus en Olimpia
Lo más evidente son los restos de una basílica paleocristiana.
Aquí se encontraba el taller donde Fidias esculpió su obra maestra, la estatua de oro y marfil de Zeus que brillaba en su templo y que fue considerada una de las Siete Maravillas del Mundo.
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Para juzgar el efecto que tendría una vez colocada en su lugar predestinado, el taller de Fidias tenía las mismas dimensiones que la cella, el espacio central del templo.
Más allá se llega a un conjunto de construcciones bastante destruido, pero que sigue impresionando por sus dimensiones.
Se trata del Leonidaion, que servía para albergar a los invitados especiales. Su gran tamaño habla del gran número de personas que podía acoger y, por tanto, de la importancia del santuario que los atraía.
Gran Templo de Zeus en Olimpia
Podemos dirigirnos ahora hacia la parte central del conjunto, el gran recinto sagrado donde sobresalía el gran Templo de Zeus, la arboleda sagrada de Altis.
Antes encontraremos el Bouleterion, que servía de centro administrativo y de justicia, además de archivo del olimpismo.
Queda poco del Templo de Zeus y sólo una columna en pie nos da idea de las dimensiones de la construcción.
El diámetro y altura de la columna, además del tamaño de los capiteles, nos señalan la importancia de este monumento consagrado al dios de los Juegos Olímpicos.
El templo lo construyó el arquitecto Libón entre los años 470 y 460 a.C. y fue costeado con un botín de guerra.
Todo él estaba revestido de estuco blanco hecho con polvo de mármol. Fue, durante mucho tiempo, el templo más importante de la Grecia antigua.
Era de estilo dórico, y de hecho se convirtió en el modelo para los templos de este estilo.
El dórico siempre se consideró masculino, lo que cuadra con la naturaleza de Zeus y el espíritu del lugar, ya que hay que recordar que en los Juegos sólo participaban atletas varones.
Además de por sus imponentes dimensiones, el templo causaba admiración por su decoración, que en parte se puede ver en el museo.
Alrededor del gran recinto del Templo de Zeus se elevaban muchos otros edificios de importancia, como el Philippeion.
Mandado construir por Filipo II de Macedonia, destaca por su planta circular.
Templo de Hera en Olimpia
Al lado encontramos los restos del Templo de Hera.
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Está datado en el año 600 a.C., lo que le convierte en el templo dórico más antiguo conservado en el Peloponeso.
Si seguimos hacia el Estadio encontraremos a mano izquierda los restos de los Tesoros, pequeños templetes donde las ciudades guardaban las ofrendas que hacían al santuario.
Altar de ceremonia de encendido de antorcha Olímpica en Olimpia
También pasaremos junto a los restos del altar donde, en los tiempos modernos, se lleva a cabo la ceremonia del encendido de la antorcha olímpica, que desde aquí inicia el camino hacia la ciudad que en cada ocasión acoge los Juegos.
Llegamos, por fin, al Estadio.
La entrada, a través de un pasillo bajo una arcada, resulta espectacular. Como ya se ha dicho antes, la pista medía 192,27 metros y podía acoger a 20 corredores.
Sorprende el hecho de que no hubiera gradas sino un talud, así que los 40.000 espectadores, todos hombres, verían las pruebas de pie o sentados en el suelo.
Hay unas pequeñas gradas, que son de época romana, y estaban reservadas para los jueces de pista.
También se ve la base sobre la que se encontraba la estatua de Démeter.
Horarios visita de Olimpia
Los horarios de visita de Olimpia y su museo son, todos los días de la semana, de abril a agosto, de 8 a 20 horas.
A partir del 1 de septiembre se empieza a adelantar progresivamente la hora de cierre, dependiendo de la hora de la puesta de sol, y cuando acaba el invierno, se inicia el proceso contrario hasta volver al horario de verano.
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El precio de las entradas para visitar Olimpia es 12 euros, de abril a octubre, y 6 euros, de noviembre a marzo, e incluye la visita al museo.
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