Orleans es una de las ciudades más antiguas de Francia, lo que para el viajero es una garantía de historia, patrimonio cultural bien conservado y oportunidades de descubrir el savoir vivre francés.
Está situada a orillas del río Loira, justo en el punto más septentrional de su curso y, por tanto, el más cercano a París.
Este dato nos hace imaginar que su puerto siempre ha sido muy activo, lo que justifica en parte la riqueza de la ciudad.
Esta ubicación en el camino de París, hace que los trenes procedentes de Madrid y Barcelona se detengan en la estación de Orleans-Les Aubrays, haciendo de Orleans uno de los mejores lugares para emprender una ruta por el Valle del Loira, zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Un paseo por el casco histórico de Orleans es la mejor manera de adentrarse en el ambiente de las capitales de departamento francesas, en las que parece que se combina muy bien los modos de vida modernos con el respeto por la herencia patrimonial.
Juana de Arco en Orleans
Aquí se pasea tanto por calles rectas con soportales flanqueadas por recias mansiones burguesas del siglo XIX —donde hay comercios tan bien presentados de los que te gustaría llevártelo todo —, como por estrechas callejuelas de trazado medieval.
En éstas encontrarás casas con paredes de entramado de madera repletas de talleres de artistas y pequeñas tiendas que venden los objetos más insólitos.
Es una delicia disfrutar del encanto histórico de Orleans sobre el que, desde el primer momento, se nota la presencia constante de la figura de Juana de Arco.
Éste es uno de los personajes fundamentales de la historia de Francia, y aparece constantemente en cualquier recorrido por esta parte central del Valle del Loira.
En Orleans, un monumento ecuestre domina la espaciosa plaza de Martroi; también está la casa en la que vivió y hay una capilla dedicada a ella en la catedral de Sainte Croix.
Aquí se desarrolló uno de los hechos trascendentales de la vida de la heroína francesa.
Orleans estaba sitiada por las tropas inglesas y a punto de rendirse, cuando llegó Juana de Arco con sus camaradas, consiguió levantar el sitio y, a la larga, acabar con lo que podía haber sido la conquista total de Francia por los ingleses.
Como la historia da muchas vueltas, ahora hay un monumento en recuerdo de los soldados ingleses que murieron en Francia durante la I Guerra Mundial justo al lado de la capilla que en la catedral está dedicada a Juana de Arco.
Hay que pasar una y otra vez por la catedral para verla de cerca, y luego alejarse para distinguir sus dos torres cuadradas destacando por encima de los tejados.
Por allí al lado hay dos lugares a destacar: por un lado, el Museo de Bellas Artes , en la Place Sainte Croix, uno de los más completos de Francia (con obras de Velázquez, Gauguin y Picasso en su catálogo).
Y por otro, el Hôtel Groslot, pura arquitectura renacentista que se puede descubrir (entrada gratuita) salvo cuando hay ceremonias oficiales.
Desde la catedral hay que pasear lentamente hacia el Loira, dejándose llevar por el laberinto de callejuelas que parecen no conducir a ninguna parte.
La place de la République, dominada por un airoso campanario, es uno de los pocos espacios amplios de la zona.
En cuanto hace un poco de buen tiempo, los bares sacan sus mesas a la calle y, a la caída de la tarde, el barrio adquiere ese ambiente irreal donde se puede gozar de esa maravilla que es tomar una bebida o cenar con las comodidades actuales en un escenario que parece no haber cambiado desde hace seis u ocho siglos.
Y, un poco más allá, aparece el Loira, ancho y majestuoso.
Normalmente baja tranquilo, bien encauzado a su paso por Orleans, pero no hay que olvidar que es el último río salvaje de Francia, tal vez de Europa.
ORGANIZA tu VIAJE
- No olvides tu SEGURO de VIAJES con 5% descuento
- Reserva el HOTEL para tu viaje
- Tarjeta eSIM para tener INTERNET con descuento
- ALQUILAR un COCHE para tu viaje
- Los mejores TOURS y EXCURSIONES en español
- ENTRADAS SIN COLAS para museos y monumentos
- Mejores FREE TOURS por todo el mundo
- Reserva tu TRASLADO desde el aeropuerto
Hay que cruzar el puente para disfrutar desde el otro lado de la visión de los tejados de la ciudad.
En la otra orilla surge la ciudad nueva, nacida solamente en el siglo XX, la cual demuestra que Orleans, rica en historia, está más viva que nunca.
Comentar