Hoy hemos salido muy pronto del hotel, sobre las 7 de la mañana, pues teníamos casi 1.100 kilómetros por delante hasta llegar a Nashville, en nuestro viaje costa a costa por Estados Unidos y Canadá.
Por la mañana, con todo el sol sobre nosotros, hemos tenido que parar varias veces a pasear, tomar algún café y/o Coca Cola, e incluso dormir un rato, pues tenía somnolencia.
Lo cierto es que se me cerraban los ojos, y dado que Aurora no llevaba el original de su carnet de conducir, imprescindible para que el permiso internacional de conducir tenga validez, preferimos no arriesgarnos a que ella condujera, y hemos decidido parar de vez en cuando.
Las carreteras son fantásticas, bien indicadas, donde es muy difícil perderse, y Maggie (el GPS) y yo ya nos conocemos y estamos en una buena sintonía tras una semana de compartir itinerario.
Los carteles de información en las autovías (interestates) son muy completo, En cada salida te informan de las gasolineras disponibles, alojamientos y restaurantes existentes, de lugares turísticos cercanos…
Importante: el precio de la gasolina es, aproximadamente, la mitad que en España.
Por lo general, los coches de policía se esconden bajo los puentes, en el espacio entre los dos sentidos de marcha en la autovía.
Ya empezamos a darnos cuenta de que las largas carreteras hacen imprescindible un fijador de velocidad en el coche.
De esta manera, los pies pueden descansar gran parte del trayecto.
En ruta paramos a comer en un establecimiento denominado Quaker Barrel, que ya habíamos visitado en alguna otra ocasión.
Se trata de una cadena que encuentras junto a las autovías, con mucha preponderancia en el este y sur de Estados Unidos, en cuyos locales se combina la tienda de souvenirs de calidad, con un servicio de restauración que ofrece una cocina tradicional, sabrosa y casera.
Las camareras son señoras de cierta edad, muy afables y serviciales.
Comimos muy bien esos manjares caseros, eso sí, sin cerveza. Realmente los Quaker Barrel nos gustaron mucho, y siempre hemos parado allí donde los hemos visto, aunque solo sea para visitar la tienda.
Hasta Tennessee la velocidad máxima era de 65 millas por hora., pero en dicho estado subía a 70 millas.
Parece que cada estado tiene su autonomía respecto a los límites de velocidad.
Después de un larguísimo día de carretera, llegamos al hotel próximo a Nashville hacia las 21 horas, pero como en este ciudad se aplica el horario central, hemos ganado una hora, por lo que en realidad son las 20 horas.
Cenamos en el hotel lo que hemos comprado en el súper, acompañado de la Bud (o mejor, las Bud,s), que saben a gloria tras el largo día de transición.
Ha sido un día duro, muy duro, y hemos decidido que recorrer más de 700 kilómetros al día es una exageración.
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Leo estas cosas de Estados Unidos y me pongo nerviosa. EN muy poquito tiempo me voy con un programa de prácticas http://www.puromundo.com/practicas-remuneradas-estados-unidos y estoy recopilando toda la información que pueda para aprovehar mi teimpo al máximo.
¿Algún consejo amigos?