Paseo por Times Square en Nueva York

A primera hora, y tras desayunar en el motel donde nos alojamos durante nuestra visita de Boston, salimos hacia Nueva York, donde llegamos hacia el mediodía en esta nueva jornada de nuestro viaje costa a costa por Estados Unidos.

Lo primero fue hacer el check-in en el hotel, muy céntrico, en la 7ª Avenida, enfrente del Madison Square Garden.

El portero jefe (superjefe, diría yo) del hotel, Jesús, de habla española, nos facilita la operación de aparcar el coche, hace que nos ayuden con el equipaje, además de vigilarlo mientras nos registramos.

Finalmente, con la habitación ya adjudicada, tras dar la pertinente propina a Jesús, nos dirigimos a devolver el coche al lugar previamente seleccionado para el drop off.

Una vez lo entregamos sin ningún tipo de problema, paseamos por la zona y almorzamos en un pub irlandés, donde la comida resultó ser regular y cara. De ahí volvimos al hotel.

Ya de regreso, constatamos que, en comparación con las fabulosas habitaciones de los moteles que habíamos estado disfrutando durante casi un par meses, la habitación del hotel era muy decepcionante.

Aparte de que en Nueva York son muy caros los alojamientos, nuestra habitación era pequeña, con dos camas individuales y sin ninguna mesa donde colocar el ordenador. o donde poder dejar las cosas.

El mueble de la televisión era alto, pero lo peor de todo es que no había wifi en las habitaciones, por lo que nuestras rutinas diarias de conectarnos con el mundo, de cargar fotos, etc. se fueron de un soplo.

Bien es verdad que en el proceso de selección y reserva del hotel de Nueva York nos encontramos con precios realmente muy elevados, y en nuestro afán de seleccionar un hotel céntrico y barato, imagino que acabé seleccionando la habitación más sencilla posible.

Y eso que el precio por noche era de ¡¡175 dólares!!

Además, como referencia, este hotel es un 3/4 estrellas que utilizan gran cantidad de agencias de viajes españolas para alojar a sus clientes.

Volvimos a preguntar si eso del wifi era realmente así, a pesar de tratarse de un hotel de Nueva York en el siglo XXI, y sí, así era.

El único lugar donde había wifi era en el hall de recepción, así que para conectarnos, lo tuvimos que hacer sentados en un sofá, sin ni siquiera mesa, y además ¡¡pagando!!  una conexión bastante lenta.

¡¡Fue un gran shock!!

Pero no nos desmoralizamos, ni mucho menos; durante más de 50 años habíamos viajado sin internet, y debíamos ser capaces seguir de esa manera. ¡¡Lo conseguiremos!!

Poco a poco fuimos asumiendo la dura realidad, y decidimos alternar el pago del wifi en el hotel y  la conexión en el hall, con el acceso gratis a internet en un McDonald muy cercano.

Ya en lo relativo a nuestra visita de Nueva York, seguro que sabes que se trata de la ciudad más poblada de los Estados Unidos de América.

Distribuida en cinco grandes áreas (Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island), nuestra intención era centrarnos en Manhattan, con una breve visita a Brooklyn.

En la “ciudad que nunca duerme“, conviven más de 8,4 millones de neoyorquinos y se hablan casi 170 idiomas, con más de una tercera parte de su población nacida fuera de los Estados Unidos.

Después de descansar en el hotel, decidimos ir caminando hasta Times Square.

Se trata de una muy importante intersección de Manhattan, situada en la esquina de la Avenida Broadway y la Séptima Avenida.

Al igual que la Plaza Roja de Moscú, Trafalgar Square en Londres o la Plaza de Tiananmen en Pekín, Times Square se ha convertido en un icono mundial y símbolo de la ciudad de Nueva York. con su característica animación y publicidad luminosa.

Es, junto con el Central Park de Nueva York, la zona metropolitana de Estados Unidos que más ha aparecido en películas y programas de televisión.

Y los teatros de Broadway y la enorme cantidad de letreros luminosos de neón, han convertido a Time Square en un punto emblemático de Nueva York, y un símbolo del urbanismo de Manhattan.

Actualmente Times Square ha sido transformada en una plaza peatonal, donde los viandantes pueden sentarse en las sillas situadas en la calzada.

Se trata de un experimento del ayuntamiento para descongestionar la zona y darle un toque más humano a la plaza.

La medida estaba en periodo de pruebas coincidiendo con nuestra visita, y dependiendo de la experiencia, estaba previsto que la  peatonalización fuera permanente.

Estuvimos paseando un buen rato por la zona, para finalmente acabar sentados en una escalinata de color rojo.

Desde ahí pudimos apreciar el gran follón que en general es Nueva York, y esta plaza en particular.

Gran cantidad de gente, de etnias muy diferentes, mucha animación, mucho neón, muchos teatros, mucha policía tanto a pie, como en coche o a caballo.

Tienes la sensación de encontrarte en medio de un mundo muy urbano, en medio de la vida humana.

De allí fuimos al hotel, donde cenamos en la habitación y a dormir, que nos esperaba un largo día de turismo.