Estados Unidos

Visita islas de la Libertad y Ellis en Nueva York

Estatua de la Libertad en Nueva York
Estatua de la Libertad en Nueva York
Así fue la visita de las islas de la Libertad y Ellis en Nueva York en el viaje costa a costa por Estados Unidos

En nuestra primera jornada completa en Nueva York, en el road trip por Estados Unidos y Canadá, como el desayuno del hotel no estaba incluido en el precio y era caro, salimos a buscar un lugar donde desayunar.

En la misma Séptima Avenida encontramos un lugar, Bread Factory, que nos pareció atractivo, con todo el personal hispano y bastante amable, donde finalmente desayunamos todos los días de nuestra estancia en Nueva York.

Es el típico local donde puedes pedir desde un café para llevar, de diversos tamaños y tipos, hasta cruasanes, pizzas, platos de pasta con diferentes salsas, carnes, sándwiches, refrescos etc…

Y donde puedes elegir, como en otros muchos sitios en los Estados Unidos, todas las variedades  imaginables de salsas, panes, acompañamientos, verduras… pagando un suplemento en el precio por cada elección.

Por ello, ante tanta variedad, antes de pedir algo, lo aconsejable es pensar bien  qué es lo que uno quiere.

En nuestro caso, para el desayuno no era muy complicado: dos cafés con leche tamaño pequeño (que ya es enorme), y un par de cruasanes. Total, 11 dólares.

Tras desayunar bajamos al metro, y como las taquillas estaban cerrada, en unas máquinas expendedores compramos dos pases semanales con los que ya teníamos solucionado nuestros desplazamientos por Nueva York.

De entrada, estrenamos nuestros pases para dirigirnos a Battery Park, en la parte sur de Manhattan.

Una vez allí, ya caminando fuimos hacia el muelle de salida de los barcos que nos llevarían a visitar la Estatua de la Libertad y la isla de Ellis.

Visita de la isla de la Libertad en Nueva York
Visita de la isla de la Libertad en Nueva York

Tras pasar los controles policiales de seguridad, como si de un aeropuerto se tratase, pudimos finalmente subir el barco.

La primera etapa era la isla de la Libertad, donde descenderíamos para visitar la famosa estatua.

Al acabar, volveríamos a coger un barco hacia la isla de Ellis; y tras visitarla, tomaríamos un tercer barco hasta el muelle de partida en Battery Park.

Cuando hicimos nuestro viaje, la estatua no se podía visitar por dentro, y, por tanto, tampoco se podía subir a la corona que rodea la cabeza de la figura. Además, para subir, había que pedir autorización con muchos meses de anticipación.

Museo de la Inmigración en la isla de Ellis en Nueva York
Museo de la Inmigración en la isla de Ellis en Nueva York

La Estatua de la Libertad, aunque mil veces vista, mil veces fotografiada, no deja de fascinar y de sorprender.

Es realmente majestuosa y su simbolismo llega dentro de la esencia de cada uno. Lógicamente, en la isla había mucha gente; dimos la vuelta entera a la estatua, hicimos decenas de fotografías, como todo el mundo, todas iguales, pero todas diferentes.

Recorrimos también los jardines que la rodean, nos instruimos en los murales explicativos, etc…

Y al cabo de 90 minutos de haber descendido del barco, volvimos a tomar otro de la misma compañía para dirigirnos a la isla de Ellis, en un trayecto que dura unos 25 minutos.

Esta isla fue la puerta de entrada para millones de inmigrantes a los Estados Unidos, siendo el lugar más concurrido de inspección en todo el país desde 1892 hasta 1954.  Durante ese periodo, más de doce millones de inmigrantes fueron controlados por la Oficina de Inmigración.

En la actualidad, más de 100 millones de estadounidenses, o sea, un tercio de la población actual, tiene su ascendencia en los inmigrantes que llegaron por primera vez a Estados Unidos a través de la Isla Ellis, antes de dispersarse por todo el país.

Museo de la Inmigración en la isla de Ellis en Nueva York
Museo de la Inmigración en la isla de Ellis en Nueva York

Todas las instalaciones inmigratorias existentes en esta isla se han reconvertido en un fantástico y amplio museo de la Inmigración que resume y explica perfectamente todo lo que allí pasó en aquellos años.

Es realmente espeluznante constatar la gran cantidad de europeos que entraron en los Estados Unidos en ese período huyendo de Europa.

Una vez visitado durante un par de horas todo el museo, regresamos en barco a Battery Park, al sur de Manhattan, no sin seguir dándole vueltas a todas las vicisitudes y problemática que la inmigración de los seres humanos puede causar en las propias personas.

Vistas de Manhattan desde el ferry en Nueva York
Vistas de Manhattan desde el ferry en Nueva York

Acerca del autor

Salvador Samaranch

Salvador es un gran viajero y colaborador de Guías Viajar, donde con una serie de artículos nos cuenta la gran experiencia de su viaje Costa a Costa por Estados Unidos y Canadá

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