¿Sabes que cuando en 1919 se decidió enterrar a Goya en su nuevo panteón de la Ermita de San Antonio, al trasladarse su cuerpo desde Burdeos, éste vino sin la cabeza?
Efectivamente, desde dicho año el pintor Goya está enterrado en la Ermita de San Antonio de la Florida de Madrid, junto al río Manzanares, donde en 1798 llevó a cabo su primer encargo real tras quedarse sordo, pintar la cúpula y la bóveda de dicha pequeña ermita.
Al exhumar el cuerpo de Goya, que había sido enterrado tras su muerte en Burdeos, ciudad donde tuvo que exilarse por ser considerado afrancesado tras la restauración del reinado de Fernando VII, a dicho cuerpo, que se encontraba junto al de su consuegro y amigo Martín Miguel de Goicoechea, le faltaba la cabeza.
Finalmente, para evitar errores, se dedició traer ambos cuerpos a Madrid, los cuales reposan en el Panteón de Goya, que puedes ver en el interior de la Ermita de San Antonio cuando vayas a visitar sus famosos frescos. Se piensa que en su día el cuerpo de Goya debió ser cedido para ensayos científicos, lo que explicaría la falta de la cabeza.
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