Ruta por Jaizkibel: qué ver de Pasaia a Hondarribia

El litoral del País Vasco es un territorio especial que bien merece un viaje por la abundancia y variedad de lugares de interés.

Además de las ciudades que todos conocemos, como San Sebastián y Bilbao, hay pequeños pueblos marineros, playas amplias y, también, algunos tramos alejados de las carreteras que son un verdadero tesoro natural.

Los interesados en la geología saben de sobra de la belleza del flysch, una palabra alemana que designa un tipo de formaciones rocosas creadas por la erosión del mar en terrenos en los que alternan rocas de diferente composición y dureza.

La costa vasca es uno de los mejores lugares para conocer y disfrutar de esta peculiaridad de la naturaleza, que crea un paisaje singular.

Hay muchos lugares donde se pueden observar el flysch.

En nuestro último viaje al País Vasco decidimos recorrer el tramo de litoral entre Hondarribia y Pasaia, en la provincia de Guipúzcoa.

En esta zona se da la circunstancia de que la carretera corre por el interior, dejando varios kilómetros de costa intacta.

Monte Jaizkibel en Guipúzcoa

La razón de que la carretera que va a San Sebastián vaya por el interior se debe al monte Jaizkibel, que surge directamente del Cantábrico.

Por eso este tramo de costa es uno de los más espléndidos y solitarios de toda la Península Ibérica.

Si nos dicen que una montaña tiene 543 metros de altura, pensaremos que es algo sin mucha importancia.

Pero si vemos que está justo al borde del mar, descubrimos que se trata de la montaña costera más alta de todo el Cantábrico.

De hecho es una de las montañas costeras más prominentes de toda Europa, sólo superada en la Península por Vixía Herbeira, en el litoral atlántico gallego.

Los montes que surgen al borde del mar son verdaderos faros para los marineros y pescadores de los alrededores, y generan a su alrededor un espacio muy atractivo para los viajeros.

Como impiden el trazado de carreteras, la naturaleza brilla de manera espléndida.

Los límites de Jaizkibel son muy claros ya que se extiende entre la ría de Pasaia/Pasajes y la bahía de Txingudi, en Hondarribia/Fuenterrabía.

Son poco más de 20 kilómetros que se pueden recorrer fácilmente siguiendo el tramo final de la N-I, ahora renombrada GI-636, pero el objetivo de nuestra excursión es descubrir lo que se esconde entre la montaña y el mar.

Hay diferentes maneras de explorar esta zona y todas son muy atractivas. Nosotros empezamos la ruta en Pasaia y terminamos en Hondarribia, pero se puede hacer perfectamente en sentido contrario.

Qué ver en Pasaia en Guipúzcoa

Pasaia se encuentra al fondo de la ría y su puerto está perfectamente protegido.

Se divide en cuatro distritos, pero pensamos que los más atractivos son los que se encuentran a ambos lados de la bocana del puerto.

En el lado occidental está Pasai San Pedro, que tiene un agradable conjunto de casas tradicionales.

Si se camina al lado del agua se llega a Albaola, un astillero donde se construye una réplica exacta del ballenero San Juan, que en el siglo XVI se hundió en las costas canadienses.

Hay que consultar y reservar la visita previamente ya que se hace en recorridos guiados a determinadas horas.

Resulta impresionante el aspecto de la ría en esta zona, que tiene casi el aspecto de un fiordo noruego con las paredes rocosas de ambos lados casi verticales.

Enfrente de Pasai San Pedro se encuentra Pasai Donibane, con un espléndido conjunto de casonas de los siglos XVI y XVII.

Una de ellas es un museo dedicado a Víctor Hugo, que escribió varias páginas para destacar los encantos de esta villa marinera y sus alrededores.

Hay un servicio de lancha para pasar de un lado al otro de la ría, y también se puede ir en coche dando la vuelta a todo el fondo de la ría.

Qué ver de Pasajes a Fuenterrabía por Jaizkibel

La forma ideal de recorrer la zona desde Pasai Donibane hasta Hondarribia es a pie, siguiendo la llamada ruta Talaia.

Este camino recorre en parte la misma orilla y en otras ocasiones se adentra en las alturas en busca de pasos más cómodos, por lo que se pasa de las ensenadas rocosas del flysch a los bosques umbrosos en los que los helechos flanquean la ruta.

Esta caminata permite descubrir el tramo intacto más largo de la costa vasca, pero no debe emprenderse a la ligera ya que puede ser muy cansado para los excursionistas poco preparados.

Si se hace la excursión a pie, siempre se puede regresar al punto de origen en busca de nuestro vehículo en taxi, o utilizando el servicio de autobuses que une San Sebastián con Hondarribia.

Nosotros preferimos recorrer esta zona siguiendo la carretera GI-3440, que recorre toda la sierra por el interior.

La carretera sube y baja adaptándose al terreno y en los fines de semana hay muchos ciclistas y moteros. También aprovechamos alguna parada para caminar hasta la costa y descubrir algunos tramos magníficos de flysch.

Zona de costa Labetxu en Jaizkibel

La zona conocida como Labetxu es una de las más espectaculares, ya que une la belleza de las formaciones, lo que ha permitido que el lugar sea conocido como el Valle de los colores, a la formidable soledad de esta costa intacta.

Pero hay muchos otros rincones que también valen la pena y merecen una parada en esta ruta por el monte Jaizkibel.

Por ejemplo, la escultura Herriaren batasuna, del escultor Remigio Mendiburu, que está muy cerca de la carretera y goza de uno de un emplazamiento envidiable para cualquier escultor.

También veremos una serie de torreones que nos hablan de la importancia estratégica de la zona.

Los torreones, perdida su función defensiva, se convierten en excelentes miradores ya que siempre están situados en lugares prominentes. Desde ellos la vista vuela por los alrededores.

Santuario de la Virgen de Guadalupe en Jaizkibel

Otra parada obligatoria junto a la carretera es el santuario de la Virgen de Guadalupe, la patrona de Hondarribia.

Un mirador ofrece unas vistas espléndidas sobre el tramo final del río Bidasoa y es el momento de descubrir la isla fluvial de los Faisanes, el condominio más pequeño del mundo y cuya soberanía es compartida entre España y Francia, seis meses al año cada una.

Muy cerca del santuario se encuentran los restos del Fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe.

Y antes de entrar en Hondarribia, un corto desvío nos lleva hasta el faro del cabo Higer, justo en la desembocadura del río Bidasoa.

Qué ver en Hondarribia en Guipúzcoa

Hondarribia tiene dos partes muy diferenciadas.

Encaramado a una loma, el burgo antiguo es un tesoro a descubrir con calma.

Tras sus murallas hay torreones medievales, casas solariegas renacentistas e iglesias góticas y barrocas que cuentan historias de personajes históricos.

El castillo de Carlos V, convertido en parador de turismo, domina la plaza de Armas de Hondarribia, la cual está flanqueada de preciosas casas tradicionales.

Entre los edificios a destacar están los palacios y casonas de Eguiluz, Mugarretenea, Zuloaga, Casadevante y Etxebestenea, además de la iglesia de la Asunción.

Extramuros, el Barrio de La Marina llama la atención por sus edificios de brillantes colores y la buena oferta gastronómica de sus bares y restaurantes.

Ambos conjuntos están declarados monumentos histórico-artísticos.