Jardín de las Delicias en Matadero (Madrid): horarios, entradas

¿Cómo habría realizado El Bosco en el siglo XXI su famosa obra El Jardín de las Delicias?  ¿Sería en formato digital, sonoro o en movimiento?

La respuesta la encontrarás en la exposición El Jardín de las Delicias: una mirada a la obra maestra de El Bosco desde la creación contemporánea que se presenta en la Nave 16 de Matadero Madrid hasta el 27 de febrero.

En nuestro tiempo, es posible reeditar el famoso tríptico en una nueva aventura inmersiva que ofrece múltiples perspectivas, ideas y visiones actuales de esta pintura renacentista.

La exposición recorre obras de la Colección SOLO que reúne a una quincena de artistas internacionales; cada uno ha dado su toque personal a nuevas obras basadas en el tríptico renacentista a través de la tecnología actual, es decir con inteligencia artificial, arte sonoro, videojuegos, animación digital en 3D, pintura o escultura.

Una nueva mirada para esta obra renacentista del siglo XVI lleva ahora los nombres de SMACK, Mario Klingemann, Miao Xiaochun, Cassie McQuater, Filip Custic, Lusesita, La Fura dels Baus- Carlus Padrissa, Mu Pan, Dan Hernández, Cool 3D World, Sholim, Dustin Yellin, Enrique del Castillo, Dave Cooper y Davor Gromilovic.

Son los reinterpretes de El Bosco que hacen distintas aproximaciones a la obra original a través de casi 20 obras, la mayoría creadas específicamente para esta muestra.

El Jardín de las Delicias de El Bosco

Cinco siglos nos separan de El Jardín de las Delicias que pintó el artista flamenco, pero el poder de fascinación de su obra continúa atrayendo a todos los públicos.

De hecho, es una de las obras más visitadas del museo del Prado junto a las Meninas de Velázquez.

El cuadro original de El Bosco fue pintado en .515, y se trata de una obra compleja llena de pequeñas historias y detalles, que plasma un enrevesado mundo de fantasía.

Una obra emblemática y enigmática presentada en tres partes: el Paraíso, a la izquierda, la vida terrenal (el jardín de las delicias) en el medio, y a la derecha, el infierno.

Un inframundo también conocido como el inferno musical por la numerosa representación de instrumentos, utilizados para torturar a los pecadores.

Se trata de un óleo sobre madera de roble con formato de un tríptico, el cual se utiliza sobre todo en el contexto religioso.

Si lo miras cerrado, la imagen que se forma es la del mundo redondo el tercer día de la Creación, en el que está la Tierra sin habitantes, aún sin color, ni luz del sol; es una escena grisácea, con Dios desde lo alto contemplando el globo.

Un cuadro que gustó mucho a los surrealistas y que sirvió de inspiración a artistas de la talla de Dalí, Miró o Max Ernst.

El Jardín de las Delicias desde nuevos ángulos

Nada mejor que un laberinto para entrar en la exposición, una instalación inmersiva que se recorre como un laberinto serpenteante, sin paredes, a través de paneles de cartón, de embalaje iluminado.

Un montaje con luces tenues, que parece adentrarnos en un mundo onírico, medio a oscuras, en el que se pierde la noción del tiempo, espacio diseñado por el estudio de arquitectura Herreros con el propósito de sorprendernos a los visitantes.

Nada más entrar, la música es la encargada de introducirnos en esta muestra, y  lo hace a través de un umbráfono, que significa sombra y sonido; un aparato creado por Enrique del Castillo que desordena los compases de una partitura sobre tres lectores ópticos y películas de celuloide.

El resultado son cinco composiciones para recrear la atmósfera renacentista flamenca de aquel momento, las cuales recuperan extractos sonoros de Joaquín Despriez y Adrián Willaert, compositores coetáneos a El Bosco.

Estos fragmentos originales puedes escucharlos a través de QR.

La escultura también se da cita en este recorrido, y la encontramos en “Deliciosa Tentación”, un tríptico de cerámica de Laura Lasheras, más conocida como “Lusesita”.

Tres escenas que narran una particular historia del Génesis, en un mundo habitado por ratones que se mezclan con dedos alargados, picos y lenguas.

A través de las cristaleras de la cerámica anticipamos el universo digital del serbio Sholim conocido por sus delirantes GIF y animaciones en bucle. Ante el espectador, cuatro escenas en este formato de locura que desmontan cabezas.

El chino Miao Xiachun presenta su particular “Microcosmos” en una instalación formada por nueve paneles que nos permite observar el cielo y el infierno desde varias perspectivas.

Para completar este espacio, nos muestran un video digital y narrativo.

Por su parte, Filip Custic, conocido por diseñar la imagen del disco de Rosalía, El malquerer, nos presenta su obra “Homo-?” en una secuencia de paneles, donde imagina la evolución del ser humano en una especie de línea del tiempo en la que dos figuras humanas representarían Alpha y Omega.

La interrogación del título pretende dejar en el aire cual es nuestro destino.

Entre las composiciones que más llaman la atención se encuentra “El jardín de las delicias de Carlos Padrissa”, uno de los seis directores creativos de la Fura dels Baus.

Tres imágenes en movimiento en un mismo panel, con cadenas humanas de ADN, que podemos contemplar desde una plataforma vibratoria acompañada de una música palpitante que parece acentuar la locura que encierran nuestras cabezas en estos tiempos agitados.

Muy cerca descubrimos una figura creada con trozos de papel colocados entre láminas de vidrio.

Se trata de “Psychogeography Study 79”, un cuerpo a base de collage, obra de Dustin Yellin, que el mismo describe como cine congelado.

Para abrir boca antes de llegar al espectacular “SPECULUM “, el tríptico gigante emblema de la exposición, nos encontramos con el detalle ampliado de seis personajes de la serie del colectivo neerlandés Smack.

El objetivo es enfrentarnos al infierno actual y a los problemas de este siglo, muy diferentes a los del Bosco.

El centro de atención son las imágenes de un hombre atado a un hashtag, esclavizado por las redes sociales, una figura obesa de comida basura, o un cuerpo con dos cabezas besándose, expresando la individualidad y el amor propio.

Las pinturas del canadiense David Cooper son un auténtico carnaval, una orgía de plantas-penes y flores-pezón.

Destacan también las animaciones digitales del colectivo Cool 3D World de animales extravagantes y humanos deformes, junto a la obra de Mario Klingemann, “The Garden of Ephemeral Details”, que juega con la memoria del espectador.

El colofón final es una enorme pantalla de 21 metros de longitud, que recrea a gran escala, la versión actualizada del Jardín de las Delicias original.

“SPECULUM” está formado por tres pantallas LED de 4×7 metros cada una, en las que surge un paisaje plagado de personajes extraños, muchos en movimiento, cargado de símbolos y referencias actuales, que intentan ponernos frente a un espejo e invitarnos a reflexionar sobre las numerosas adicciones que nos rodean.

A la derecha se encuentra  el infierno de hoy en día.

Un escenario horrendo de tortura mental, que ya no se interpreta sólo con fuego, como antiguamente; ahora estamos atados a las redes sociales, a la ludopatía, a los antidepresivos, contaminamos más de la cuenta, y todo bajo la mirada incrédula de los animales que tratan de entendernos.

Son algunas de las ideas que vemos reflejadas, por ejemplo, en árboles de los que brotan alimentos procesados, numerosas cámaras, drones voladores y ojos que nos vigilan, junto a abrigos diseñados con pastillas de colores y personajes atormentados por jeringuillas.

A la izquierda, el Edén de césped artificial, con animales, un busto de Einstein y muchos ojos junto a un Adán y Eva que se dan la espalda.

En el centro, el Paraíso, un lugar habitado por personajes obsesionados con su imagen, pollos sin cabeza o árboles en los que no florece fruta.

Son representaciones del malestar contemporáneo lleno de aislamiento, tecnología y autodestrucción.

Horarios El Jardín de las Delicias en El Matadero

Las exposición la puedes visitar en el Centro Cultural de Matadero, plaza de Legazpi 8, hasta el 27 de febrero.

Los horarios de El Jardín de las Delicias en Matadero Madrid son de martes a jueves, de 17 a 21 horas, y viernes, sábados, domingos y festivos, de 12 a 21 horas.

La entrada es gratuita, pero tienes que reservarla con anticipación porque hay restricciones de aforo.

Salen cada martes en la web, pero estate atento porque vuelan y se acaban en pocas horas.