Las cataratas de Iguazú, situadas en la frontera entre Argentina y Brasil, son una de las más formidables maravillas naturales de toda Sudamérica y, lógicamente, es uno de los destinos preferidos en cualquier viaje de turismo por estos dos países.
El atractivo del lugar no se reduce únicamente a espectaculares caídas de agua.
También es importante el bosque subtropical que las rodea, que es uno de los escasos restos que se conservan del llamado bosque atlántico de interior, importante para la conservación de la flora y la fauna.
El conjunto está dividido en dos parques nacionales, uno en cada país, en donde se disfruta de mil maneras de la naturaleza: en recorridos a pie, en lancha y hasta en helicóptero.
Además, la excursión nocturna que puedes hacer en los días de luna llena es una experiencia única en el mundo.
La importancia ecológica y la belleza paisajística de toda la zona hace que tanto el Parque Nacional del Iguazú en Argentina como el Parque Nacional Iguaçu en Brasil estén inscritos por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad.
La visión de las cataratas es un espectáculo inolvidable, prácticamente sin igual en todo el mundo salvo, quizá, con las cataratas Victoria.
Toda la información al detalle
Cómo son las cataratas de Iguazú: dimensiones
Es un tópico compararlas con las cataratas del Niágara, pero no tiene sentido: las del Iguazú tienen el cuádruple de anchura y son una vez y media más altas.
Al llegar a las cataratas el Iguazú se desploma por un precipicio de más de tres kilómetros de anchura.
Curiosamente, el Iguazú es un río casi pequeño para las medidas de América, tanto por caudal como por longitud de su curso.
Con apenas 700 kilómetros de recorrido, empalidece cuando lo comparamos con el Orinoco, el Paraná y, no digamos, el Amazonas.
Justo antes de la caída parece un río tranquilo que se desliza lentamente. De repente se ensancha, se divide en dos corrientes y cae al vacío.
Del lado de Brasil enfila directamente hacia la Garganta del Diablo, una herradura inmensa donde se concentra toda la furia de la naturaleza.
La corriente del lado argentino se demora un poco y rodea unos islotes antes de precipitarse a lo largo de una serie interminable de cascadas.
Todas son inmensas, ninguna de menos de 60 metros de caída, aunque algunas llegan a medir 82 metros.
Al caer, el agua choca con el fondo, se pulveriza y se forma una nube que sube al cielo.
Por eso los indios caigangüe que habitaban la zona a la llegada de los españoles conocían la zona como “el lugar donde nacen las nubes”. Casi siempre hay un arco iris tendido sobre la catarata.
Cómo visitar las cataratas de Iguazú
El hecho de encontrarse a ambos lados de la frontera entre Argentina y Brasil, y de que las características de cada lado sean diferentes, obliga a tener en cuenta algunos detalles a la hora de planificar la visita.
Así, has de tener en cuenta que hay un puesto fronterizo por el que hay que pasar obligatoriamente al ir de un sector al otro.
Sin embargo, si sólo pensamos visitar el parque nacional correspondiente y volver a las pocas horas, no es necesario cumplimentar todos los trámites aduaneros.
Eso sí, no podremos alejarnos mucho de la frontera y debemos regresar en un plazo relativamente corto al país del que provenimos.
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Qué ver y qué actividades hacer en cataratas de Iguazú
Como la mayoría de las cascadas caen en el lado argentino, conviene iniciar la visita en el lado brasileño para disfrutar de la mejor vista del conjunto.
Hay algunos miradores en los lugares estratégicos, aunque se disfruta más de los encuentros por sorpresa al caminar por el bosque.
Después, para ver las cataratas de cerca, para sentir de verdad la desmesura de los saltos, hay que recorrer el sector argentino de las cataratas. Allí se camina por el bosque hasta casi tocar los saltos de agua.
En ambos lados de la frontera hay recorridos en lancha que se acercan a la parte baja de las cascadas.
Aquí tienes toda la información sobre el tour por las cataratas de Iguazú en el lado argentino y de las actividades en Puerto Iguazú, con diversas excursiones, incluido un tour por el lado brasileño
Lo más espectacular de toda la visita es seguir, en el lado argentino, la pasarela que permite llegar hasta el mismo borde la Garganta del Diablo.
La pasarela va sobre el agua que se amansa justo antes de precipitarse al vacío y nada permite imaginar lo que se va a encontrar.
Entonces se llega al borde mismo del abismo. El agua es blanca y se desborda con toda la fuerza posible de la naturaleza.
Visita nocturna de las cataratas de Iguazú
Sólo durante cinco días al mes es posible realizar una experiencia extraordinaria: llegar hasta este Balcón de la Garganta del Diablo de noche, iluminado entonces por la luna llena.
El acceso es entonces obligatoriamente acompañado por un guía.
El recorrido es el mismo que de día, en el Tren Ecológico de la Selva, pero la experiencia es completamente diferente.
Ahora las sombras dominan el camino y la selva ofrece otra imagen, con aromas y sonidos diferentes, con mucho más misterio.
A medida que la vista se acostumbra a la oscuridad, se aprecian más y más detalles del bosque.
Luego se camina sobre las aguas por la pasarela hasta llegar al Balcón de la Garganta del Diablo.
Si de día el lugar impresiona por la belleza y la fuerza de la naturaleza, de noche todo cobra otra dimensión, con el paisaje agrandado por la magia de la luz de la luna sobre el agua.
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Todo adquiere un aire de irrealidad, como si la naturaleza estuviera inundada de fantasía.
Vuelo en helicóptero sobre cataratas de Iguazú
Otra experiencia incomparable que se puede tener en Iguazú es disfrutar de la visión de las cataratas es un vuelo en helicóptero para poder apreciar desde el aire el conjunto.
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Son apenas unos diez minutos, muy intensos, pero permiten admirar las caídas de agua dentro de un paisaje de selva. Los vuelos salen desde el lado brasileño.
Desde el aire se aprecia que el río discurre lentamente en una zona de bosque tupido hasta que cae por el precipicio al tiempo que genera una nube de agua pulverizada.
Es uno de los vuelos en helicópteros más apasionantes del mundo.
Cuál es la mejor época para visitar las cataratas de Iguazú
El lugar se puede visitar en cualquier momento del año, pero si es posible, conviene evitar los meses de diciembre a marzo, porque el calor puede ser excesivo, y julio, el mes de vacaciones y de mayor afluencia de visitantes.
Ya hemos dicho que conviene empezar la visita por Brasil para tener una visión de conjunto y pasar después al lado argentino, donde se puede observar de cerca y en detalle cada una de las caídas de agua.
Pasarelas para caminar en cataratas de Iguazú
Hay una serie de caminos que se pueden recorrer con o sin guía.
Para caminar por las pasarelas inferiores puede ser necesario un impermeable (en verano se puede ir en bañador simplemente) y, fundamentalmente, un buen calzado, y conviene no olvidar una bolsa de plástico para proteger equipos fotográficos, teléfonos y otros objetos o documentos delicados.
El circuito inferior por pasarelas al pie de las cataratas está perfectamente indicado para visitas independientes.
Hay un servicio del Tren Ecológico de la Selva a Puerto Canoas para visitar desde allí la Garganta del Diablo.
Por su parte, en el lado brasileño hay varios caminos que permiten estupendas vistas de las cataratas.
Siguiendo el que recorre la base de las cataratas, se llega a un ascensor que permite subir hasta lo alto del salto Floriano, y además hay excursiones guiadas por el sendero Macuco.
Precios entradas cataratas de Iguazú
Ya hemos comentado que al pasar de un país al otro para visitar las cataratas, no se necesita pasar control de pasaportes pero hay que tener en cuenta que, por tratarse de parques nacionales diferentes hay que pagar una nueva entrada, con un precio de 15 euros en cada caso.
Hoteles donde dormir en cataratas de Iguazú
La mayor parte de los visitantes busca alojamiento en las poblaciones cercanas, ya sea en Foz do Iguaçu o Puerto Iguazú, donde también hay una buena oferta de restaurantes.
Pero conviene saber que también hay alojamientos dentro de los parques nacionales, aunque de precio relativamente alto.
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En el lado brasileño se encuentra el Hotel das Cataratas en el que desde algunas habitaciones se ven algunos de los saltos de agua.
A primera y al última hora del día, cuando el parque nacional está cerrado a los visitantes, los clientes del hotel gozan del espectáculo de las cataratas en privado.
Al otro lado de la frontera, en el parque nacional argentino, sólo se encuentra el Gran Meliá Iguazú.
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