Empezaremos la crónica del día diciendo ¡Acojonante!
Las Montañas Rocosas son un alarde de excesos bellísimos: grandes cordilleras, rocosas algunas, crestas, lagos, osos, renos, rincones del paraíso, playas en los lagos, nieve, sol…
También bosques interminables del tamaño de media Europa, con árboles de todo tipo, surgiendo en cualquier repisa, ríos de todos los tamaños, pendientes y tonalidades del azul, glaciares, excesos divinos, paisajes cambiantes.
Es verdad que si lo bueno, breve, dos veces bueno, como dijo alguien, pero aquí no es cierto. Lo bueno es enorme, inmenso, inabarcable.
Todas las fotos de las Montañas Rocosas que te pueda mostrar no consiguen de ninguna forma captar también el aire, los olores, los sentimientos y las sensaciones, los sabores y los sentidos.
No puede ser. En el coche sonaba Bruce !!! Sorrows inside!!! Pa quedarse!!
Qué ver en la ruta por las Montañas Rocosas
En este día tan de naturaleza, durante la nueva jornada del viaje costa a costa por Estados Unidos y Canadá, paramos en Sicamous, donde nos paseamos por los senderos que discrurrían junto al lago.
También vimos la playa, con puerto y barcas. Todo precioso.
Paramos también Revelstoke, donde había un mercadillo callejero; fuimos al banco a sacar dólares canadienses; admiramos las montañas que rodeaban el pueblo; y presenciamos un campeonato de leñadores de cortar troncos.
También tomamos un café.
Siguiendo por la carretera, que nos avisaba que en 150 kilómetros no habría gasolineras, atravesamos el Mt Revelstoke Nacional Park que anunciaba diversas atracciones de montaña.
Atravesamos también una zona que se llamaba Glacier Nacional Park.
Paramos a comer en un pueblo bastante pequeño llamado Golden, donde nos sentamos en la terraza de un bar de madera que daba a un río, con sus rápidos frente a un puente nuevo también de madera.
Comimos de fábula, con el sol en la cara, y el agua del río relajando nuestra vista y oídos.
Seguimos nuestro camino hacia Calgary atravesando otros dos parques nacionales, el Yoho National Park y el Banff Nacional Park, ambos con muchas indicaciones de lugares y de actividades para hacer en la zona.
Paramos también en la población de Banff, donde había muchos comercios, hoteles, y parecía ser un centro de excursiones de montaña.
Paseamos, visitamos tiendas y vimos una infraestructura hotelera importante.
También pudimos asistir en la calle a unos bailes folklóricos que unos indios nativos de la zona representaban en un parque en el centro de la población.
Sol fantástico todo el día, día claro, azul, limpio.
A eso de las 20:00 más o menos llegamos a nuestro hotel en Calgary, capital del estado de Alberta.
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