Qué ver y hacer en Vancouver, la mejor calidad de vida en Canadá

Tras visitar el parque Capilano, cerca de Vancouver, en esta nueva etapa del road trip por Estados Unidos y Canadá, nos dirigimos finalmente al centro downtown de la ciudad canadiense.

En el recorrido de unos 30 kilómetros, atravesamos y nos perdimos por barrios residenciales con casas y entornos naturales y boscosos realmente bonitos.

Vancouver está situada al sur de la costa del Pacífico en Canadá, y la denominación de la ciudad es en honor del capitán George Vancouver, un explorador inglés.

Esta ciudad es la más importante del oeste de Canadá, y por su población, es la tercera ciudad del país, tras Toronto y Montreal.

Así fue la visita de Vancouver, ciudad con mayor calidad de vida

Pero, sobre todo, Vancouver tiene la fama de ser una de las ciudades del mundo con mayor calidad de vida.

En nuestra primera jornada en Vancouver, hicimos un recorrido completo por todo el centro downtown, incluyendo la zona de muelles de Gastown, donde pudimos ver hidroaviones aterrizando y despegando continuamente.

Visitamos con una gran caminata el Stanley Park, el gran parque céntrico de la ciudad, donde encuentras senderos fantásticos y un lago rodeado de sauces, con multitud de cisnes, patos y gaviotas, mapaches, tortugas, fauna que se movía libremente entre nosotros durante nuestro paseo.

Stanley Park tiene una gran belleza natural y trasmite sensaciones de paz y tranquilidad.

Luego ya en coche, dimos una vuelta por los inmensos puentes que rodean la ciudad, los cuales te permiten ir a zonas vecinas e islas.

Hemos podido ver diversas playas en entornos paradisíacos, con grandes vistas a los bosques y montañas.

Todas las playas estaban muy animadas.

Vancouver está emplazada entre lagos, islas, entrantes de mar, mar en calma, creo que permanente, y sacamos la conclusión de que se trata de una ciudad rica, ordenada, simpática, con mucha animación en las calles, muchos restaurantes de todo tipo, limpia, muy multi-étnica.

Es una ciudad organizada, en un entorno natural fantástico, multicultural, civilizada y respetuosa con la gente, con grandes puentes por donde trasladarse por la metrópoli, puentes en suspensión, parques preciosos con animales amigos, fuentes, esculturas, ocio, playas. Muelles, muchos hidroaviones, bahías.

Vamos, ¡¡¡como para quedarse a vivir ya!!!

Sentados en un parque con vistas al mar (¿o era un lago?), comimos unos bocadillos que compramos en un súper pequeño que estaba cerca. Sol fantástico todo el día, día claro, azul, limpio.

Al volver al hotel cenamos en el Denny’s que había junto al mismo, y donde, a diferencia de Estados Unidos, sí servían cervezas.

Lo mejor ver y hacer en Granville Island

Nuestra segunda jornada en Vancouver la iniciamos con otro copioso desayuno en el Denny’s que hay junto al hotel, y nos dirigimos de nuevo a Vancouver, esta vez directamente a Granville Island.

Se trata de uno de los barrios históricos de Vancouver que en los últimos años ha vivido una proceso de reconversión urbanística, pasando de ser una zona industrial en decadencia a convertirse en una de las zonas más atractivas y más de moda de la ciudad.

Granville Island ocupa el espacio de una isla, y su mayor exponente es un gran mercado.

Nuestro paseo de unas tres horas por Granville Island ha sido una gran experiencia.

Caminando tranquilos, sin prisas, en un entorno idílico, con un sol fantástico, agua por todos lados, montañas, flores, mercado de frutas, de pescado, libertad, respeto absoluto al otro, cielo todo azul, todo desordenadamente ordenado u ordenadamente desordenado, espíritus dedicados a disfrutar de las cosas sencillas.

Y, sobre todo, la gente, en armonía, con gran variedad étnica, cada uno con su idioma, todos compartiendo el aire y el ser.

Vancouver te trasmite el hacia donde hay que ir, como un cuento, parece que todos estén de vacaciones.

Sientes que ya has llegado. ¡We love Vancouver!

Así fue visita de Richmond

Desde allí cogimos el coche y nos dirigimos a Richmond, a unos kilómetros de Vancouver.

Se trata de una población de unos 200,000 habitantes que forma parte del área metropolitana de Vancouver.

Paseamos por esta ciudad, entrando en un inmenso mall (gran centro comercial), donde disfrutando de un buen aire acondicionado estuvimos paseando durante un buen rato.

Comimos unas uvas mientras caminábamos, y de postre nos tomamos unos zumos naturales de fresa y piña, recién exprimidos delante de nosotros.

Paseamos también por las calles, donde también había un tranvía o tren elevado que circulaba a unos metros del suelo.

De regreso a Vancouver, fuimos directamente a los alrededores del Stanley Park para alquilar unas bicis en un lugar que ya el día anterior habíamos localizado.

Hicimos un fabuloso recorrido de un par de horas por este parque, bordeando el lago o alejándonos hacia las playas.

Fue un paseo realmente agradable.

A las dos horas devolvimos las bicis y nos fuimos a dar una vuelta por las zonas residenciales que rodeaban el parque, donde pudimos constatar que realmente quienes viven en ellas disfrutan de una elevada calidad de vida.

Finalmente, para completar nuestra última jornada en Vancouver, fuimos a una zona comercial del barrio para comprar en un supermercado nuestra cena.

A las ocho de la tarde ya estábamos en el hotel, realmente agotados, pero ¡¡enamorados de Vancouver!

Ha sido un día fantástico, soleado, con cielo azul y limpio.

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