Así es la experiencia de visitar Las Vegas en un día

Hoy nos toca viajar hasta Las Vegas, y los cuatro decidimos ponernos la camiseta idéntica que habíamos comprado el día anterior en el Gran Cañón.

Tras desayunar y despedirnos de Williams, en nuestro road trip por Estados Unidos emprendemos el viaje a Las Vegas, que se encuentra a 350 kilómetros.

La ruta transcurre por zonas bastantes desérticas y áridas, si bien pasamos por el parque recreacional de Lake Mead, con diversos lagos, y por la gran Presa Hoover que provee de agua a Las Vegas.

A medida que nos aproximábamos a Las Vegas, vimos surgir en medio del desierto esta ciudad tan especial.

Al llegar fuimos directamente al hotel, que no era ninguno de los famosos y glamurosos, ni de renombre, y estaba alejado unos cinco kilómetros del centro turístico de Las Vegas.

Eso sí, en una zona de la ciudad repleta de casinos, máquinas tragaperras, todos abiertos al público, así como restaurantes, hamburgueserías etc.

¡Viva las Vegas!  No hay palabras para definir esta ciudad situada en medio de la nada, con temperaturas diurnas de más de 40º, con aires acondicionados a tope en todos lados.

Todo, todo, todo enfocado al juego; es como un gran parte temático de la exageración americana, que ni es parque, ni es temático, ¡¡es real!!

Tras instalarnos en el hotel, paseamos un rato por los alrededores y nos hicimos fotos con un admirador de Elvis Presley, vestido con su indumentaria.

Al comentarle que veníamos de Graceland, en Memphis, y con los ojos muy brillantes me dijo que él iba una vez al año como mínimo.

Había también pintores en la calle, músicos en bañador y bikini pequeño, con la bandera americana, cantando canciones de country a la espera de la propina.

Y en los casinos había chicas croupiers muy monas, las cuales atendían en bikini.

Después de comer, nos dirigimos caminando hacia el núcleo central de Las Vegas, donde están todas las atracciones, hoteles, casinos y monumentos más conocidos.

Era un paseo de unos 5 kilómetros bajo un enorme sol de justicia de más de 40º.

Aurora, a quién el calor le afecta especialmente, poco a poco se empezó a poner muy roja, hasta parecer un hermoso semáforo de ese color.

Vista la situación, decidimos aminorar la marcha e ir resguardándonos en las sombras.

Durante todo este trayecto vimos bastantes capillas para celebrar bodas express, algunas con la limusina blanca en el exterior.

Al pasar vimos unos novios debidamente ataviados para la ocasión.

Dado que el calor era agobiante, sobre todo por el hecho de caminar, decidimos coger el típico autobús panorámico de dos pisos, y de esta forma recorrimos Las Vegas durante las siguientes tres horas, tiempo en el que vimos el anochecer.

El tour fue realmente muy completo pasando y parando en todos los hoteles y casinos de renombre. Así, entre otros, pasamos por la torre Trump, los hoteles casino Caesars Palace, el Bellagio, The Venetian, The Mandalay Bay, París Las Vegas, Excalibur, Circus Circus, Luxor, MGM Grand Hotel Casino, Montecarlo, Sam Boyd’s Freemont Street Casino, The Golden Nugget y el Four Seasons, que es el único de los grandes hoteles que no tiene casino.

Fue una forma de ver de una tacada lo más destacado de Las Vegas. Tras dar una vuelta completa en el autobús, poco después decidimos bajar para en par de horas ir visitando alguno de los más emblemáticos hoteles y casinos de esta peculiar ciudad.

Los casinos eran realmente preciosos, bien enmoquetados, con lujo, sin ninguna traba al entrar, más bien al contrario, todo facilidades, mucha gente jugando a las máquinas, black jack, ruleta, etc.

La forma de vestir es absolutamente libre. Curiosamente, no se ven muchos policías.

Finalmente, regresamos en taxi al hotel, y concluimos que con estas horas pasadas en Las Vegas ya teníamos suficiente.  Mañana, a ¡¡ Hollywood !!

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