Estados Unidos

Así es nuestra experiencia de visitar Boston en un día

Massachusetts State House en Boston
Massachusetts State House en Boston
Así fue nuestra visita de Boston en un día durante nuestro viaje costa a costa por Estados Unidos

Nuestra etapa en Boston, durante el road trip por Estados Unidos, comenzó con la visita de la Universidad de Harvard, tras la que fuimos directamente al centro downtown de Boston, donde aparcamos en un lugar muy céntrico, o sea caro.

Boston está situado en un lugar de convergencia de diversos ríos, a orillas del mar, con rías que penetran en tierra, por lo que la ciudad está rodeada de agua y de puentes.

Los folletos turísticos nos indican que, como Boston, no hay otro lugar en los Estados Unidos donde se pueda disfrutar de la rica historia de la revolución y de los acontecimientos que condujeron a la ruptura histórica del Reino Unido.

Visita de Boston en un día

La primera visita nos llevó al Boston Common y al Public Garden, que es el gran parque en el centro de la ciudad,

Ahí pudimos ver un monumento dedicado a soldados y marineros, y el Frog Pond, una curiosa zona de baños con esculturas de ranas, donde muchos niños se bañan y juegan con el agua, lo cual era muy idóneo en un día muy caluroso como el que nosotros vivimos.

También visitamos la oficina de turismo de Boston, donde acabamos de informarnos y donde, como siempre, buscamos y seleccionamos el mapa gratuito que nos iba a servir de guía durante la visita.

Para poder seguir esta parte de la historia de los Estados Unidos se ha creado en Boston la ruta conocida como Freedom Trail, o Camino de la Libertad. Se trata de una ruta a pie, de más de cuatro kilómetros, marcada en el suelo con ladrillo rojo o pintura del mismo color.

Si sigues el Freedom Trail, pasarás por 16 lugares históricos, cada uno de ellos, un auténtico tesoro americano, que incluyen iglesias, cementerios, parques y hasta un barco.

Massachusetts State House en Boston
Massachusetts State House en Boston

A medio recorrido nos paramos a comer en una terraza, un lugar agradable con comida no muy brillante, a pesar de ciertas pretensiones del local y de los camareros.

Una vez finalizado este recorrido histórico, tras pasear por calles del centro de Boston,  volvimos a los parques y rodeamos el estanque central, cuyas orillas estaban pobladas de sauces.

Era la típica imagen del gran estanque de una ciudad, con barcas de remo y patos, los cuales adquirían un gran protagonismo con un grupo de esculturas de bronce de una familia de patos a tamaño natural.

Los jardines estaban realmente muy cuidados, con alguna rosaleda y gente descansando o leyendo estirada en el césped.

Algo que nos llamó la atención en diversos lugares de Boston fueron los guías turísticos que, vestidos a la usanza de aquel 1776 de la Revolución, realizaban su trabajo junto a los visitantes de la ciudad.

También destacaba un dramático monumento dedicado a la gran hambruna que desde 1845, y durante cinco años, asoló a los irlandeses en su país, lo que provocó la muerte de un millón de personas y la emigración de otros dos millones a tierras americanas, especialmente a Boston.

Los que permanecieron en Irlanda pasaron muchas calamidades y enfermedades.

En nuestro paseo por el downtown de Boston comprobamos que los grandes rascacielos de la ciudad comparten espacio con construcciones antiguas,  creando un ambiente entre moderno y clásico.

En resumen, la ciudad de Boston es muy limpia y da la sensación de “acabada”.

Se ven muchos restaurantes que sirven pescado y marisco, como en Gloucester, o en la costa del Pacífico, en San Francisco, Seattle o Vancouver.

Ya en coche nos dirigimos a la zona Comercial Street para visitar los edificios de pisos de cierto standing que dan al mar con vistas al otro lado de la bahía, y desde donde salen diferentes ferrys hacia diferentes lugares cercanos.

Agotados (para variar…), nos dirigimos al hotel a preparar ya nuestro último recorrido en coche, con nuestro querido Potomac, Poto. Mañana ya iniciamos el final de nuestro periplo (buah!, buah!) dirigiéndonos a Nueva York para pasar los últimos siete días de este largo e intenso viaje.

Acerca del autor

Salvador Samaranch

Salvador es un gran viajero y colaborador de Guías Viajar, donde con una serie de artículos nos cuenta la gran experiencia de su viaje Costa a Costa por Estados Unidos y Canadá

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