Estados Unidos

Visita Fisherman Wharf de San Francisco

Muelle en el Embarcadero de San Francisco
Muelle en el Embarcadero de San Francisco
Visita de Fisherman Wharf, zona de ocio en los muelles de San Francisco, en el viaje road trip costa a costa por Estados Unidos

Hoy tocaban otros 400 kilómetros para llegar a San Francisco, en nuestro road trip costa a costa por Estados Unidos. Los recorrimos por la mañana en un trayecto agradable e interesante.

Comimos en un restaurante curioso, de una cadena que no habíamos visitado aún, la cual se llama Ono Hawaian BBQ. La comida como es habitual, fast food, pero aceptable.

A San Francisco se puede acceder por tres lugares: si llegas desde el este, como fue nuestro caso, por el puente colgante Bay Bridge, que cruza la isla de Yerba Buena; por carretera sin puente si accedes por la costa sur; y, finalmente, por el más famoso puente colgante Golden Gate si vienes desde el norte.

La entrada a San Francisco tiene peaje en el Bay Bridge (no la salida por este puente, ya que se supone que el peaje de entrada ya incluye el de salida) y peaje en la salida de San Francisco por el Golden Gate (no la entrada por el mismo motivo, suponemos).

Nuestra primera impresión de San Francisco fue doble: precioso y frío.

Por lo que parece, en esta bonita ciudad hay un microclima por el que la temperatura es varios grados inferior a las poblaciones cercanas, además de concentrarse bastante niebla en zonas concretas, como el Golden Gate.

Nos dirigimos al hotel siguiendo las instrucciones de nuestro GPS Maggie, y tras alguna vuelta de más de lo necesario, llegamos al mismo.

El hotel estaba situado relativamente céntrico y era gestionado también por hindúes que, en este caso, trabajaban a cámara lenta.

Tras 45 minutos haciendo cola para el checking en la recepción, tomamos posesión de nuestras habitaciones.

Parada final de un tranvía de San Francisco en California
Parada final de un tranvía de San Francisco en California

El hotel era sorprendentemente barato para tratarse de San Francisco, teniendo en cuanta su situación céntrica y que disponía de parking propio (que se paga aparte en la recepción).

Ya en el hotel empezamos a notar un cierto ambiente gay, una de las características de la ciudad San Francisco.

Tras informarnos de cómo movernos por la ciudad, tomamos un tranvía (muy antiguo, como la mayoría) que nos llevó al muelle en la bahía, como dice la canción (The dock on the bay).

Caminamos por el largo paseo que discurre bordeando la bahía, entrando y saliendo de todos los lugares, mercados, tiendas, e incluso los muelles que se nos ponían por delante.

En el Embarcadero de San Francisco vimos barcos, transatlánticos enormes, barcos/autobús que llevaban a la gente a poblaciones cercanas como Sausalito; vimos también el Bay Bridge desde abajo, enorme, muy americano. Fue un largo paseo muy agradable.

Zona de ocio de Fisherman´s Wharf en San Francisco
Zona de ocio de Fisherman´s Wharf en San Francisco

Visitamos también el famoso muelle Pier 39, en la zona de ocio Fisherman’s Wharf, donde finalmente decidimos quedarnos a cenar.

Era un restaurante  especializado en pescado, Pier Market – Seefood Restaurant & Market, con vistas al puerto y a los famosos leones marinos que se concentran en el Pier 39.

Nos sorprendió gratamente la manera de solucionar el problema de las colas, porque había cola para entrar al restaurante, lo cual debía ser una tónica diaria.

Al solicitar una reserva para una mesa, que se pide fuera del local,  nos dieron un dispositivo electrónico plano y de forma cuadrada, de unos 10cm x 10 cm, con una luz azul parpadeante que indicaba que estaba conectado.

Con este aparato nosotros podíamos seguir nuestro paseo por la zona hasta que se empezasen a encender y a apagar multitud de lucecitas azules, lo que quería decir que ya teníamos la mesa preparada.

Regresabas al restaurante, devolvías el artilugio y a comer.

Leones marinos en el Pier 39 de Fisherman´s Wharf en San Francisco
Leones marinos en el Pier 39 de Fisherman´s Wharf en San Francisco

Nos pareció una gran manera de evitar tener que hacer colas, de pie, como pasmarotes.

Lógicamente, se supone que la gente es seria y no huye con dicho aparato que, por otro lado, no debe servir para nada más.

Cenamos camarones y pescado, acompañados con cerveza y ¡¡vino!! Todo muy correcto. Gran velada.

Regresamos al hotel caminando.

Una larga caminata, con sus agotadoras subidas por las empinadas calles de San Francisco, seguido con sus bajadas correspondientes.

Pudimos seguir palpando las sensaciones que genera esta gran ciudad, origen de movimientos como los hippies, ciudad cosmopolita, moderna, abierta, centro mundial del mundo gay y también un gran melting pot de costumbres, razas e idiomas, compartiendo un espacio bastante armoniosamente.

Al llegar al hotel reservamos para el día siguiente un recorrido por la ciudad en un Sightseeing Tour en autobús de dos pisos.

Gaviotas en el Pier 39 de Fisherman´s Wharf en San Francisco
Gaviotas en el Pier 39 de Fisherman´s Wharf en San Francisco

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Acerca del autor

Salvador Samaranch

Salvador es un gran viajero y colaborador de Guías Viajar, donde con una serie de artículos nos cuenta la gran experiencia de su viaje Costa a Costa por Estados Unidos y Canadá

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