En nuestro viaje a Shanghai, a la hora de tener que movernos por la ciudad, coger un taxi es quizás la mejor opción de transporte público, junto con la del metro. Es un servicio rápido, limpio y realmente barato.
Coger un taxi en Shanghai es sencillo pues hay más de 42.000 taxis circulando por la ciudad, de 150 compañías diferentes, si bien los vehículos tienen ocho colores diferentes.
En los taxis de Shanghai encontraremos que el conductor se encuentra aislado de los pasajeros por la cada vez más habitual reja de separación. El conductor llevará unos guantes blancos que nos darán la lógica sensación de pulcritud, y nos sorprenderá la profusión de publicidad que hay en el interior del taxi, incluso con anuncios en vídeo.
La tarifa standar de un taxi en Shanghai es de 11 yuanes por los tres primeros kilómetros, y 2,1 yuanes por los 10 kilómetros siguientes, y 2,3 yuanes en los sucesivos tramos. Por la noche, a partir de las 11 horas, es un poco más caro.
El resultado es que un recorrido en taxi de unos 20 minutos por Shanghai, que puede ser el tiempo medio en un desplazamiento por las zonas turísticas de la ciudad, nos costará menos de dos euros.
Pero, ¿cómo nos entenderemos con el taxista? La gran mayoría de los taxistas de Shanghai no hablan inglés, por lo que la única forma de entendernos con ellos va a ser llevar escrito en chino el nombre del lugar de nuestro destino.
Con tal fin, en los hoteles disponen de cartulinas en las que están escrito en inglés y en chino el nombre de los principales lugares turísticos de Shanghai…y del propio hotel, pues lo necesitaremos para luego regresar al mismo en taxi. Basta con indicar al taxista a cuál de los sitios turísticos indicados en la cartulina queremos que nos lleve.
En resumen, el taxi es un muy opción de transporte público para movernos por Shanghai.
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